Florentino Pérez le cuelga: la estrella de la Premier League que llamó
No quiere saber nada de su posible fichaje
Nicolás Pépé prometía ser uno de los talentos con más futuro de Europa, pues tuvo una gran irrupción en las filas del Lille. Cuajó una temporada sencillamente espectacular y sensacional, que provocó que se llevara el premio al MVP de la Ligue 1, donde quedaron subcampeones, solo por detrás del intratable Paris Saint-Germain. Y provocó que estuviera en el punto de mira de varios de los mejores clubes del planeta, entre ellos, el Real Madrid o el Bayern de Múnich.
Pero, finalmente, fue el Arsenal el que dio un golpe sobre la mesa, y se hizo con sus servicios, tras un pago de 80 millones de euros. Una contratación de relumbrón, y que prometía dar muchas alegrías a la afición. Otros, en cambio, criticaban al internacional con la selección absoluta de Costa de Marfil, pues tenía mejores ofertas, de equipo que le garantizaban disputar la Champions League. Fuere como fuere, lo que estaba claro es que estaba destinado a triunfar.
Sin embargo, todavía no se ha adaptado a la Premier League, y eso que ha pasado más de un año desde su llegada. Tan solo ha dejado pequeños destellos de su calidad y de su gran golpeo de balón con la zurda, y ni siquiera es titular con los ‘gunners’. Mikel Arteta antes confía en otros jugadores como Willian Borges, Alexandre Lacazette, Bukayo Saka o Eddie Nketiah. Y los minutos de los que ha dispuesto ha sido, sobretodo, en la Europa League.
Y todavía falta que se recupere de su lesión Gabriel Martinelli, una de las grandes apuestas de futuro en el Emirates Stadium. Pépé tenía la oportunidad de reivindicarse frente al Leeds United de Marcelo ‘el Loco’ Bielsa, pero en lugar de eso, se auto expulsó de forma estúpida. Es duramente criticado y perseguido por la prensa inglesa, y ya piensa en irse. Y una de sus primeras llamadas ha sido a Florentino Pérez, pidiendo un rescate.
No obstante, no hace falta decir que en el Madrid ni siquiera han atendido a su llamada. No son el refugio ni el segundo plato de nadie. Y menos, de un jugador que está acabado.
Es lo que hay.