Hace méritos para volver: el cedido al que Florentino Pérez vigila
Se gana una segunda oportunidad
Brahim Díaz fue el jugador de campo menos utilizado por el Real Madrid la temporada pasada. Algo que se dice pronto, y que demuestra que Zinedine Zidane no tenía ninguna confianza en él, a pesar de que, hasta hace muy poco, era considerado como una de las grandes promesas de nuestro país. De hecho, es un cartel que tiene desde niño, cuando comenzó a despuntar en las categorías inferiores del Málaga, llamando la atención de muchos clubes.
Sobretodo, del Barça, que lo intentó en diversas ocasiones, pero sin éxito, pues finalmente acabó en el Manchester City de Pep Guardiola. Allí, jugó varios encuentros con el primer equipo en la Premier League, pero decidió regresar a España en enero de 2019, de la mano del cuadro blanco. Y esperaba tener más continuidad de la que tuvo finalmente, ya que Florentino Pérez se lo prometió, y pagó la nada despreciable cifra de 20 millones de euros.

Pero, al ver como su progresión corría serio riesgo y se había estancado, este verano decidió hacer las maletas. No le quedaba otra, ya que estaba avisado de que, en caso de quedarse, que era lo que deseaba, no iba a jugar apenas. Y su destino se encontró en el AC Milan, que se lo llevó a préstamo por un año, sin opción de compra, al menos, que se haya revelado. Y allí ha tenido un impacto inmediato, pues, ya en los amistosos de pretemporada, dejó un gran sabor de boca.
En los medios italianos no dejan de elogiarle, y ya es uno de los líderes sobre el terreno de juego, dejando claro que tiene un potencial tremendo, y cualidades únicas. Y es que, a sus 21 años, ya puede presumir de tener una experiencia importante, y de haber jugado en varios de los clubes más grandes del planeta. En la Serie A parece haber encontrado su sitio, y se entiende muy bien en la banda izquierda con Theo Hernández, otro ex del Madrid que ha renacido en San Siro.
En su primer partido oficial, fue titular, frente al modesto Crotone, y jugó 83 minutos. Tiempo de sobra para anotar un gol, en la segunda mitad, que supuso el 0-2 definitivo con el que sonó el pitido final.
Hace méritos para regresar.