La cara sucia del OK de Mbappé que Ancelotti no imaginó: Arda Güler y Brahim lideran la rebelión
La llegada del francés ocasionaría un terremoto en el vestuario blanco
Nasser Al-Khelaïfi ya tiene el OK de Florentino Pérez para negociar el traspaso de Kylian Mbappé por una cifra que rondaría los 200 millones de euros, pero es el propio jugador el que quiere esperar hasta 2024 para poner tierra de por medio con el Parque de lo Príncipes y aterrizar, previsiblemente, en el proyecto blanco.
En tal caso, este cambio de aires podría producirse este mismo verano dado el empuje de Al-Khelaïfi y ojo, porque no todo es felicidad en el Santiago Bernabéu con el posible fichaje de Mbappé. Carlo Ancelotti dispone a día de hoy de una plantilla muy amplia en cuanto a número de efectivos y algunos futbolistas de la parcela ofensiva pagarían las consecuencias de este bombazo ya que, si ya de por sí tendrán una dura competencia para ser importantes en el proyecto del italiano, el francés enterraría sus opciones de triunfar con la elástica blanca, al menos en la próxima temporada.
Dos cabecillas
En este sentido, cabe señalar que el fichaje de Joselu se dio con vistas a que el veterano delantero de 33 años fuera una alternativa servicial desde el banquillo, pero los casos de Arda Güler y Brahim Díaz son aún más preocupantes dada su juventud.
El primero de ellos se ha convertido en una de las sensaciones de la pretemporada. A pesar de que el Real Madrid todavía no ha disputado ningún amistoso, Ancelotti se ha quedado impregnado con la calidad mostrada por Arda Güler en sus primeras semanas en el equipo y, a sus 18 años, ya ha generado mucha ilusión de cara al futuro. Eso sí, si ya Rodrygo, Fede Valverde o Luka Modric dificultarán mucho su entrada en los planes del técnico, el fichaje de Mbappé resultaría muy peyorativo para la perla turca.
El caso de Brahim es muy similar. El futbolista fue la opción prioritaria de Florentino Pérez para paliar la salida de Marco Asensio, pero el fichaje de Güler y el posible bombazo con Mbappé suponen dos quebraderos de cabeza para el talento malagueño.
