Laporta sigue con la limpia y ojo porque podría no ser el último

Laporta sigue con la limpia y ojo porque podría no ser el último

No quiere que haya nada de herencia Bartomeu por el bien del club

No cesa. La purga que Joan Laporta y su junta directiva está aplicando sobre los hombres que en su día sirvieron al antiguo presidente, Josep María Bartomeu, es notoria. Laporta tiene claro que los últimos años de su antecesor han dejado al club al borde de la quiebra económica y es por ello que el actual mandatario no quiere saber absolutamente nada de todos ellos.

Tras haber dicho adiós hace ahora dos semanas a una retahíla de nombres tales como los de Guillermo Amor, Álex García, Bill Mannarelli o Javier García Pimienta, ahora le ha llegado el turno a Pancho Schöder, el que ha sido desde 2015 director financiero y director de relaciones estratégicas del club azulgrana. Y es que, viendo la situación económica que atraviesa el club, parecía claro que un cargo como el de máximo responsable de la parcela económica no podía continuar más allá de la llegada de la nueva junta directiva.

García Pimienta y Guillermo Amor

Si ha esperado tanto tiempo Laporta ha sido porque hay tantísimas cosas que modificar que no se podía hacer todo al unísono, pero, una vez establecida la junta y habiendo arrancado la planificación de la siguiente temporada, la reestructuración interna del club ha pasado a ser una realidad.

Lo que no ha anunciado todavía, ni Laporta ni ningún miembro de su junta directiva, es quién ocupará el puesto que ha dejado vacante Schöder a partir de ahora. Será en los próximos días cuando se conozca al sucesor y al encargado de dirigir un área que tendrá la ardua labor de recuperar económicamente a un club ahogado por la merma de ingresos y por los grandes contratos de gran parte de su plantilla.

Pancho Schöder

¿Habrá sido la última salida del FC Barcelona esta de Pancho Schöder? Pues no lo parece porque aún hay trabajadores con cargos medios que han servido en su día a Bartomeu y de los que Laporta se quiere ir deshaciendo poco a poco. La herencia Bartomeu molesta y Laporta lo tiene claro: no quiere nada de ese periodo tan oscuro en esta nueva era culé.