Salió del Bernabéu de mala manera por Benzema y es un quebradero de cabeza para Simeone y Griezmann

Karim Benzema ya no forma parte de las filas del Real Madrid tras embarcarse en un nuevo reto profesional en el Al-Ittihad, pero son muchos años los que ha estado presente el delantero francés en el Santiago Bernabéu y esto ha desencadenado que otros tantos atacantes hayan tenido que ver la puerta de salida para tratar de relanzar sus respectivas carreras profesionales.

El caso de Álvaro Morata es uno de los exponentes que mejor reflejan la importancia de Benzema en el Santiago Bernabéu durante más de una década. A pesar de ser uno de los prodigios formados en la cantera blanca, el internacional español apenas tuvo continuidad durante sus años en el primer equipo y, aunque primero salió cedido a la Juventus en 2014, dos campañas después se desvinculó del Real Madrid de forma definitiva. 

Tras vivir una montaña rusa de emociones tanto en la vecchia signora como en el Chelsea, el futbolista regresó a la capital española hace tres veranos para comprometerse con el Atlético de Madrid, club que hoy tiene muchos motivos para temerse lo peor con Morata.

Hace escasas semanas el Al-Taawoun irrumpió en escena con una oferta de 40 millones netos salariales para convencer al madrileño y, lo que en principio no supuso una amenaza para Diego Pablo Simeone dada la predisposición de Morata a seguir en el conjunto rojiblanco tras renovar recientemente su contrato hasta 2026, ha terminado convirtiéndose en un quebradero de cabeza para el Cholo.

Junto a Antoine Griezmann, Rodrigo de Paul o Koke Resurrección, Morata es uno de los futbolistas de la plantilla rojiblanca que más minutos disputaron durante la postrera campaña y esa reciente firma sellada es la prueba fehaciente de la importancia que tiene en el proyecto liderado por Simeone.

Eso sí, los últimos informes acerca de esta oferta del conjunto saudí, la cual sigue en pie, están generando muchas dudas en la figura del delantero de 30 años y ahora el español sí que está más abierto a aceptar tal propuesta a sabiendas de los beneficios lucrativos que tiene implícitos.

Con eso y más, el jugador meditará con detenimiento su elección ya que apostar por la vía saudita diluiría sus opciones de disputar la Eurocopa de 2024 con La Roja.