Tebas da el golpe definitivo para que Messi no renueve
El jugador, resignado a buscar salida ante la posición de LaLiga
En pleno shock de Bartomeu por el contratiempo que ha supuesto el no de Leo Messi a la venta de Nélson Semedo, ahora el presidente culé y su junta directiva se han encontrado con otro grave problema a solucionar: la salida precipitada de Leo Messi del club azulgrana ante la nueva posición del presidente de LaLiga.
Y es que resulta que Javier Tebas, máximo dirigente de LaLiga, se pronunciaba ayer respecto a los salarios de los futbolistas de la competición nacional y era bastante claro en su mensaje: “si los clubes quieren seguir siendo solventes tendrán que lograr rebajar los salarios de sus jugadores. El techo salarial de los equipos bajará en los próximos meses debido a la menor cantidad de ingresos que percibirán todos ellos".

Esto es un durísimo golpe para los futbolistas, que por primera vez tendrán que negociar a la baja, pero especialmente es un mazazo para el Barça por ser el equipo que mayores salarios paga de LaLiga. Por encima de todos, los más afectados son, evidentemente, los mejor pagados, ya que estos son los que más tendrán que recortar. Leo Messi es el jugador mejor pagado de LaLiga superando los cuarenta millones de euros netos por temporada.
Ante esta nueva situación y sabiendo que está al final de su carrera, Leo Messi se está empezando a plantear si le merece la pena quedarse en un Barcelona en el que tendrá que recortarse su salario cuando no comulga con una directiva a la que ve incapaz de formar un equipo con opciones de ser campeón de Champions. Y por eso Leo ha hablado con su agente para comunicarle que, si llegan ofertas de otras ligas por un dinero igual o superior a su actual salario, sean escuchadas.
Por su parte, en el Barcelona se han apresurado a llamar al argentino para tranquilizarle y hacerle ver que serán capaces de generar más ingresos que harán posible no tener que retocar su nómina. Lo dicho, acaba de estallar el único asunto que parecía seguro en Can Barça y el resultado es, a todas luces, imprevisible.