Un enemigo de Neymar del PSG carga contra el brasileño ¡para salvarse él!

Un enemigo de Neymar del PSG carga contra el brasileño ¡para salvarse él!

La situación dentro del vestuario es muy tensa

Que Neymar se quiere ir del PSG es un secreto a voces. Lo sabe el entorno del jugador, el club parisino y la prensa. Hoy en día está en boca de todos en la capital de Francia, también por lo paradigmático que supone fichar, como el hombre más caro de la historia, por un club puntero y querer marcharse prácticamente un año y medio después.

Aun así su salida es lo mejor para todas las partes, el club del Parque de los Príncipes está tan desesperado como el padre del jugador, Neymar Silva, por buscar una solución de garantías para el astro brasileño. Saben, en el entorno del jugador, que el PSG no le dejará salir si no es por un muy buen trato y a ser posible nunca rumbo a Barcelona, con quien el PSG tiene mala relación.

Neymar y Messi en el Barça

Eso ha abierto el abanico de opciones de Neymar, que busca una salida en algunos de los grandes clubes de Europa, entre ellos el Real Madrid, el Manchester United o la Juventus de Turín a través de un ofrecimiento directo a dichos gigantes del continente. No es fácil, nadie dispone de 200 kilos y el trato tendría que incluir piezas que consideren en París apetecibles.

Sin embargo el jugador, sus representantes y la propia entidad francesa no son los únicos que desean una marcha del futbolista, hay voces dentro del vestuario que echan más leña al fuego. Y no son cualquiera. No puede ser una casualidad. Porque precisamente es Julian Draxler, hoy en entredicho por una posible salida rumbo al Bayern Múnich aunque el jugador desea quedarse, quien ha aprovechado la situación para cargar contra el de Sao Paulo en unas declaraciones recogidas en Le Figaro: “los rumores de Neymar molestan en el vestuario, el PSG no es solo él”.

Julian Draxler, jugador del PSG

Cabe recordar que ambos jugadores provocaron un incidente durante la temporada que les llevo al borde de una pelea y que trascendió por su virulencia a la opinión pública.

La paciencia de París empieza a pasar factura.