Última hora: el PSG gira 180º el futuro de Messi y Laporta y Beckham alucinan, es la noticia del año
El conjunto francés no renovará el contrato del jugador argentino
Tomar decisiones que van en contra de los intereses de un club siempre tiene consecuencias para los futbolistas y el viaje exprés de Leo Messi a Arabia Saudí por asuntos comerciales, sin la autorización previa de Nasser Al-Khelaïfi, es el último gran exponente de esto.
Cabe señalar que un primer momento Messi sí que contaba con el beneplácito del PSG para resolver este compromiso el pasado lunes, pero la inesperada derrota sufrida por el conjunto galo en el encuentro liguero ante el Lorient alteró completamente los planes del club, quién programó un entrenamiento para dicho día a modo castigo.
Leo Messi pasó por encima de la premisa de la entidad realizando ese viaje a Arabia Saudí y Al-Khelaïfi no ha dudado en sancionar a La Pulga de una forma muy contundente: dos semanas apartado del equipo sin cobrar ni un solo euro.
Un gran consecuencia
A colación de esto cabe señalar que esta no es la única decisión radical que ha tomado el jeque catarí con Messi ya que el prestigioso diario francés FootMercato ha comunicado hace escasos minutos que el delantero argentino de 35 años abandonará al campeón de la Ligue 1 al finalizar de la temporada después de que el club haya decidido no extender su vínculo con el rosarino.
Efecto inmediato
Esto, como es obvio, es una posibilidad que viene sonando desde hace varios meses por la ínfima aportación de Messi al equipo en los partidos clave y por su elevado salario, pero además porque el futbolista ha ido acumulando diferentes pretendientes que hoy han conocido la mejor de las noticias acerca de esta decisión de futuro del PSG: el FC Barcelona y el Inter de Miami.
David Beckham fue el primero en abrir la puerta a Leo Messi en lo que supondría un viraje radical en la carrera del jugador, quien dejaría así la élite europea para embolsarse un suculento salario en tierras estadounidense. No obstante, el Barça no tardó en irrumpir en escena a sabiendas del grado de descontento existente en París con el nivel mostrado por el jugador y la posibilidad de volver a casa, asumiendo una reducción salarial muy importante, podría ser definitiva para resolver este culebrón.