Villas-Boas prende la mecha del polvorín de Marsella

Villas-Boas prende la mecha del polvorín de Marsella

Las declaraciones en las que presenta la dimisión, dinamitan a un maltrecho Olympique de Marsella

En Marsella empiezan, tristemente, a acostumbrarse a los escándalos. Al asalto, incendio, agresión y robo que protagonizaron los aficionados la semana pasada, que ya de por sí es increíble en pleno siglo XXI, se le une la esperpéntica reacción de su entrenador, Villas-Boas, quien en rueda de prensa ha estallado y ha presentado la dimisión frente a todas las televisiones. Apenas una hora después, el club anuncia que suspenden al portugués de sus funciones por las declaraciones. Esas afirmaciones incluyen frases únicas: “no quiero dinero, solo quiero irme”. Incluso anunció: “ya he presentado mi dimisión y estoy esperando una respuesta”. El Olympique únicamente ha emitido el comunicado en el que confirman la suspensión del técnico.

Villas-Boas

Este episodio sucede por el fichaje de Olivier Ntcham, que viene del Celtic de Glasgow. Operación que se realiza por parte de la secretaría técnica, pero que no cuenta con la aprobación del míster. Hecho que, posiblemente, sucede en muchos clubes, hay fichajes de despacho y hay fichajes de entrenador. Pero lo que sorprende es el hecho de que se entere, en palabras del técnico, “durante el desayuno leyendo la prensa”.

El agujero que se ha creado en torno al Olympique de Marsella es mayúsculo, en estos momentos están sin entrenador, con la afición enfrentada con el equipo y con jugadores amenazados. Además, en lo deportivo no acompañan los resultados, es noveno en la tabla, fuera de la Champions y de la Europa League y la tendencia es muy negativa. El último partido que jugó fue un desastre y perdió 3-1 con el Mónaco.

Marsella

A todo esto, hay que añadir que se suspendió el partido que tenía programado en la última jornada que se ha disputado de la Ligue 1, debido a los graves altercados que protagonizaron los aficionados, quienes acudieron con bengalas al estadio y acabaron prendiendo fuego a los jardines de la ciudad deportiva. Jugadores como el español Álvaro González intentaron calmar los ánimos pero sin conseguirlo, es más, los ultras llegaron a agredirle y a robarle. El Marsella, por tanto, es una bomba de relojería a punto de estallar. No es descartable que, encima, la Ligue 1 le de el último partido por perdido y le aplique una grave sanción económica.