Bellingham lleva cuatro meses sin dirigirle la palabra dentro y fuera del Real Madrid

Ambos futbolistas han roto su relación, y más después de una reyerta en un entrenamiento

Bellingham lleva cuatro meses sin dirigirle la palabra dentro y fuera del Real Madrid

La tensión es palpable en el vestuario del Real Madrid, hasta el punto de casi poder cortarla con un cuchillo. Es evidente que la situación actual no acompaña, y los resultados cosechados recientemente son de todos menos positivos. La derrota en la final de Copa ante el Barça aún ha hecho que encender más los ánimos, y el riesgo de cerrar el año sin celebrar ningún trofeo es mayúsculo. El Clásico se ve como el único bote salvavidas para el Real Madrid esta temporada.

En medio de este clima beligerante, hay dos jugadores que tuvieron su más y sus menos antes de Semana Santa en entrenamiento del equipo. No llegaron a las manos porque acabaron mediando varios jugadores que evitaron un mal mayor a la tensa situación que se estaba viviendo en aquel momento.

Bellingham no se habla con Rüdiger

El central alemán ha pasado de ser considerado como el mejor central del planeta a cometer muchos errores, y verse eclipsado incluso por el joven Raúl Asencio. También ha sufrido algunos problemas físicos que no le han ayudado, y las críticas le han afectado. La imagen fuera de sus trece en la final de Copa no ha sentado nada bien al club. Que no hace más que ensuciar la imagen de un club que siempre se ha considerado señor. Además, hay mal ambiente entre algunos pesos pesados de la plantilla, y así ha quedado comprobado con la trifulca que el alemán tuvo hace unas semanas con Jude Bellingham durante un entrenamiento.

Antonio Rüdiger

Según se ha podido conocer, intercambiaron más que palabras, y los ánimos se fueron calentando, hasta casi llegar a las manos, obligando al resto de presentes a intervenir, para evitar que todo pasara a mayores. De nuevo, el carácter chulesco del canterano del Birmingham City, que ya le ha traído más de un problema a lo largo de esta campaña, generó un problema que tuvo que ser resuelto rápidamente, y que deja claro que el vestuario del Madrid es un polvorín.

La final de Copa no ha sanado las heridas

La derrota de hace unos días ante el Barça no ayudó a serenar los ánimos entre ambos futbolistas. Que siguen enfrentados y sin hablarse el uno contra el otro. Ambos coincidieron en la trifulca escandalosa de lanzamiento de objetos al colegiado desde el banquillo y que terminó con roja directa para los dos. El que se lo tomó más mal fue el alemán, que tuvieron que separarlo entre varios miembros del banquillo. Bellingham no estaba. La relación con Rüdiger está rota y todo apunta a que es irreconciliable.