Bellingham no le dirige la palabra, Courtois lo quiere fuera y la patata caliente, ahora, es para Xabi Alonso

Mal ambiente en el vestuario del Real Madrid

Bellingham no le dirige la palabra, Courtois lo quiere fuera y la patata caliente, ahora, es para Xabi Alonso

La pésima temporada del Real Madrid no solo se explica en el mal rendimiento que muchas piezas clave han tenido sobre el terreno de juego, sino también en el tenso ambiente que se respira en el vestuario. Porque una de las justificaciones para entender los pobres resultados que han cosechado a lo largo del presente curso es la mala relación que existe entre muchos de sus futbolistas, y hay algunos que ya están obligados a hacer las maletas.

Rodrygo es el caso más evidente, quien ha dejado de hablarse con prácticamente todos sus compañeros, y se ha declarado en rebeldía, negándose a volver a vestir de corto hasta que no se resuelva su salida. Vinícius Júnior también está en el foco de las críticas por su comportamiento infantil y sus desprecios a otros miembros de la plantilla, y el último en haber sido señalado es David Alaba, al que muchos han acusado de no ser un buen líder.

Y entre las personas que han dejado de dirigir la palabra al austríaco, que hasta hace poco era uno de los líderes del vestuario, nos encontramos con Jude Bellingham. El ‘4’ fue uno de los primeros amigos que hizo nada más poner un pie en el Santiago Bernabéu, pero ahora todo se ha torcido. Y es que quizás víctima de la frustración por la grave lesión de rodilla que sufrió en su día, y por saber que ya no está a su mejor nivel y es considerado un candidato a salir traspasado, su actitud ha cambiado.

Ha comenzado a experimentar varios problemas extradeportivos que han provocado que muchas piezas del Madrid estén hartos del canterano del Bayern de Múnich, quien está entre los primeros descartes que Xabi Alonso habría trasladado a Florentino Pérez. Porque está a años luz de su mejor versión, y no percibe un sueldo precisamente bajo. Y Thibaut Courtois también recomienda al 100% buscarle un comprador, para dejar hueco a nuevos refuerzos. 

Alaba no es ni la sombra de lo que fue en su día, y el arquero belga lo ha tenido que sufrir en sus propias carnes, pues todos los encuentros en los que ha participado, ha sido una auténtica autopista, y ha dejado vía libre a los delanteros rivales para generar peligro.