Ni Vinícius, ni Camavinga: el futuro de Arda Güler también está en el aire
Nada está asegurado en una plantilla repleta de talento
En el Real Madrid, la competencia no se detiene nunca. Y cuando la exigencia sube, incluso los talentos más prometedores sienten el temblor. Es el caso de Arda Güler, cuya posición como titular empieza a perder firmeza, sobre todo en los partidos grandes. No es una cuestión de confianza, que la tiene, sino de equilibrio colectivo en una plantilla con demasiadas opciones para muy pocos puestos.
Un rol importante… pero ya no indiscutible
Los números avalan a Arda. Esta temporada ha participado en 25 partidos, con 21 titularidades, 3 goles y 7 asistencias. Datos que confirman que Xabi Alonso cuenta con él y lo considera una pieza relevante. Sin embargo, el once del Madrid no admite certezas permanentes. Con Jude Bellingham de regreso al centro del campo y Aurélien Tchouaméni como fijo, queda un solo hueco por decidir.
Ahí es donde el panorama se complica. Rodrygo gana peso en los planes del técnico, Federico Valverde vuelve a la medular cuando no actúa de lateral, y nombres como Camavinga o Brahim Díaz también piden paso. Arda ya no tiene la plaza asegurada como hace meses.
Además, su rendimiento ha bajado ligeramente desde el ajuste posicional tras el regreso de Bellingham. Le cuesta encontrar su sitio en una medular más poblada y exigente. No desaparece, pero no brilla igual.
Ambición, paciencia y una decisión por tomar
Arda siempre lo tuvo claro: quiere ser relevante en el Real Madrid. Esa ambición le hizo sufrir en sus primeras temporadas, cuando sentía que no recibía los minutos que merecía. La llegada de Xabi Alonso cambió su estatus y por eso el turco defiende con convicción al técnico. Está agradecido y comprometido.
Sabe que el once no está garantizado. También sabe que la competencia es feroz. Aun así, confía en sus capacidades para jugar por delante de cualquiera. Está dispuesto a trabajar más, a ser más efectivo y, si toca, a ayudar desde el banquillo como uno de los primeros cambios. Pero su deseo es claro: quiere jugarlo todo.
En el Real Madrid, esa ambición es casi una obligación. Aquí nadie se conforma. Y cuando el talento abunda, el margen se estrecha. El futuro de Arda Güler no está decidido, pero sí abierto. No por falta de confianza, sino por una realidad incuestionable: en el Madrid, el sitio se defiende cada semana.