Honda carga contra Moto GP y pide que Marc Márquez pueda competir: ¿las motos más aburridas?
En la marca japonesa no gusta la evolución de la competición
Honda está pasando por uno de los peores momentos de su historia. La marca japonesa lleva ya varios años lejos de las posiciones de cabeza. Su moto no está al mismo nivel que las Ducati, Aprilia o KTM y solamente son capaces de lograr buenos resultados cuando Marc Márquez es capaz de obrar un milagro y luchar por las primeras plazas, algo que ninguna otra Honda está siendo capaz de lograr. Síntoma claro que la moto no está para nada preparada para competir en la cabeza de parrilla.
El director técnico de Marc Márquez, Santi Hernández, ha destacado los principales puntos débiles de Honda: “Debe mejorar en aceleración y velocidad punta. Para los pilotos es complicado saber que en la recta pierden tanto, porque luego tiene que recuperar en otros puntos”. En este sentido, la mano derecha de Marc tiene claro que a la moto le falta bastante desarrollo para poder estar al nivel.
Sin embargo, a Santi Hernández no le está gustando nada el rumbo que lleva la competición, donde cada vez es más importante la moto y menos el piloto: “Me gustaban más las carreras cuando el piloto marcaba más la diferencia. Todavía el piloto puede hacer alguna diferencia, como hace Márquez, pero antes era diferente.” En esta línea, está claro que con una moto tan inferior como lo ha demostrado ser la Honda, es prácticamente imposible competir con los demás.
Pese al desastre con la moto, Hernández no ha querido atacar a Honda y ha dejado claro que siguen trabajando con la intención de volver a lo más alto: “Ahora mismo a Honda le ponemos un suficiente. No estamos para ganar. Quiero creer que va a cambiar. Son los principales interesados en que esta situación cambie, son la marca de motos más importante del mundo”.
Así pues, el jefe técnico de Marc Márquez ha disparado con bala a la dirección que está tomando Moto GP, con una sensación muy parecida a la de la Fórmula 1, donde cada vez se depende más de la máquina que de las manos del piloto, que debería ser lo más relevante en un deporte.