El corazón atlético de De Gea le pasa factura en el Real Madrid
Un sector de cúpula blanca recela del fichaje del aún portero del United
Ujfalusi, ex del Atlético y compañero de De Gea en el conjunto rojiblanco, levantaba la liebre: "Su fichaje por el Madrid sería una enorme sorpresa porque es un fanático del Atlético de Madrid desde la cuna". Y la liebre lleva meses corriendo por los despachos del Madrid.
El debate en el Real sobre si conviene pagar o no los 35 millones que pide el United por un atlético convencido se ha disparado. En el Madrid es un secreto a voces que el gran deseo de David es regresar a España, no jugar en el Real: los problemas con su novia Edurne le obligan a regresar a Madrid si quiere salvar una relación muy tocada por al distancia. Si De Gea pudiera, elegiría el Atlético, pero en el Manzanares no pueden ni acercarse a las cifras que baraja el portero en Manchester y que sí tendría en el club blanco.
Además, Kiko Casilla se ha ganado el aplauso interno en Chamartín. Lo del ex del Espanyol ha sido llegar, ver y vencer. Kiko ha rozado la excelencia en los primeros minutos como meta del Madrid dotando al equipo de la seguridad necesaria y abriendo un nuevo debate en los despachos del Bernabéu al que se ha sumado Keylor Navas: el tico demostró ante el Bayern que no es tan malo como el presidente asegura. No ha olvidado el oficio.
Voces autorizadas dentro del club blanco se preguntan ya si verdaderamente es tan necesario como afirman algunos el tener que soltar una morterada por De Gea cuando el Real puede esperar de brazos cruzados una temporada más, tras haber reforzado la portería con garantías, y hacerse con el ex del Atlético el próximo curso a coste cero.
El único problema, advierten los más críticos en el Bernabéu con la operación De Gea, ha sido y es la precipitación del Real Madrid que le llevaron a asumir compromisos sonrojantes: si el club blanco no encara la operación deberá pagar un máximo de 15 millones al internacional español en concepto de indemnización, como recoge el contrato civil firmado entre las partes en Londres. Una cifra que tiene agitado al personal de la T4 que, ahora sí, empieza a ver claro en su mayoría que lo del portero del United podría esperar.