Benítez ya tiene clara su asignatura pendiente con la afición del Madrid
Mejorar el ataque y que el equipo divierta será el objetivo a cumplir una vez que el equipo acabe de consolidarse defensivamente
La pretemporada del Real Madrid ha dejado clara la máxima que Rafa Benítez ha querido imponerse y transmitir tanto a su equipo de trabajo como a toda la plantilla desde el día en el que tomó las riendas del equipo blanco: Convertir a un conjunto hecho para atacar en una máquina de automatismos para defender mejor y, con el tiempo, transformarlo en un equipo inexpugnable atrás.
El técnico madrileño considera que lo mejor del Madrid está en sus atacantes, y que por eso la parcela ofensiva es la que menos margen de mejora tiene (aunque siempre exista). Por ello, ha preferido comenzar por lo más apremiante: Hacer que el equipo no encaje goles con la facilidad con la que lo hacía en los últimos tiempos, en parte debido a que se partía por insistir en la idea del 4-3-3 con la BBC y tres centrocampistas muy ofensivos. El secreto no está tanto en los jugadores, como en el trabajo diario. Benítez no hará grandes cambios en la alineación titular que todos nos sabíamos al dedillo con Carlo Ancelotti, pero intentará que esos mismos actores aprendan a defender mejor y juntarse sin balón, algo que ha quedado claro y demostrado en pretemporada.
Parece que ese primer objetivo se está consiguiendo y por eso, en breve el técnico tendrá que afrontar su siguiente gran reto: Divertir. Este Madrid de pretemporada no ha conseguido practicar un fútbol demasiado virtuoso y tiende a ser plano en ataque, encontrando excesivas dificultades para generar ocasiones y marcar, además de esperar demasiado sin balón y mantenerse en actitud muy defensiva, sin tener la pelota. El aficionado merengue, muy exigente, pedirá espectáculo además de resultados y de momento el estilo tiende al bostezo.
Benítez no es tonto. Sabe que jugar al 0-0 le mantendrá en el sillón mientras de resultados, pero que incluso dándolos no aguantaría mucho tiempo en el banquillo merengue aburriendo al Bernabéu. Le pasó a otros, como Fabio Capello. El italiano logró dos Ligas en dos experiencias al frente del Real Madrid y en ambas temporadas tuvo que marcharse porque se consideraba que el fútbol del equipo no era suficiente para un club como el madridista. Ese será el próximo paso del experimentado entrenador blanco.