Las heridas peligrosamente entreabiertas que deja la renovación de Ramos

El proceso ha llegado a su fin con la feliz noticia de la continuidad del central, pero ahora toca limpiar su imagen y la del club

Las heridas peligrosamente entreabiertas que deja la renovación de Ramos

El acto de renovación de Sergio Ramos con el Real Madrid hasta junio de 2020 celebrado este lunes en el palco del Santiago Bernabéu fue el carpetazo final a un culebrón que ha durado más de dos meses, después de que terminara el curso 2014-2015 y que se fue enquistando progresivamente hasta el punto que amenazó con dinamitar la continuidad del central en la entidad blanca. Una posibilidad que fue real, pese a que casi nadie se hubiera imaginado un Madrid sin Casillas ni Ramos esta temporada.

 

A efectos de resaca, tanto Ramos como el Madrid han sufrido un desgaste importante. Sea uno u otro, las dos partes se han granjeado la enemistad de una parte del madridismo. Un enfado notable, cuanto menos. Sergio quedará como 'pesetero' a ojos de algunos; Florentino como 'ingrato' para otros. Un proceso que muchos ven como el inicio de un símil con los últimos años de Iker Casillas en el club, coincidiendo con su ascensión como capitán del equipo hasta este mismo verano.

 

Hay cosas que son totalmente ciertas, desmentidas y reconocidas por sus propios protagonistas ayer. Ramos no tuvo problemas para afirmar ante todos, presidente incluido, que "no estaba cómodo" con algunos aspectos dentro del club y que "no podía seguir así". Dejó el dinero al margen o en última instancia, pero lo cierto es que el dinero ha sido el motivo principal de las diferencias entre entidad y futbolista. No por la cantidad a percibir en el sentido de ganar más o menos, sino por la imagen de fortaleza y peso dentro del vestuario que el nivel salarial supone en un club como el Real Madrid. Ramos buscaba reconocimiento a través del dinero, no enriquecimiento económico.

 

Y lo ha encontrado. Pero a costa de que su imagen ante parte del madridismo tenga muy poco margen de error de aquí al futuro. "Espero que sigas siendo Sergio Ramos porque te necesitamos", fue el mensaje velado del presidente al central, a uno de sus niños preferidos, porque es cierto que la relación entre ambos fluctúa tanto como la de un crío rebelde y un padre autoritario que al final siempre se entienden. Florentino le pide no enquistarse, no ser otro capitán 'rancio' a ojos de la grada y no provocar que su ocaso dentro de algún tiempo suponga dejar al club como un ente que no sabe tratar a sus leyendas.

 

Estas son las cosas que ambas partes tendrán que enfrentar, los retos que tienen por delante. Además de un tremendo proceso de 'limpieza' de su imagen. Temas que podrían volver a 'sangrar' si el futuro próximo del Real Madrid no es bueno en cuanto a resultados. Siempre tiene que haber una cabeza de turco a quien echarle las culpas.