La plantilla señala (en privado) a los culpabes del revés en la Supercopa
Los pesos pesados tienen claro que este Barça es un once y poco o nada más
El Barça es un once, lo demás es ilusión. Los veteranos toman la palabra: la alineación de San Mamés mató al equipo y dejó la Supercopa en un imposible. Mascherano levantó la liebre en Georgia, tas ganar al Sevilla de 'chiripa', y la liebre corrió sin que Luis Enrique la viera.
En el vestuario existe el convencimiento de que si el asturiano hubiera alineado el once de gala otro gallo habría cantado en Bilbao. Caer ante el Ahtletic por un 1-5 ha sido tomado por los pesos pesados del equipo como una humillación que se hubiera podido ahorrar evitando la participación de algunos nombres.
A saber. Sergi Roberto, Vermaelen y Bartra, evidenciaron en San Mamés que están a otro nivel, inferior, que el grupo. Ter Stegen dejó al personal helado tras encajar ocho goles en dos partidos clave. Y Sandro y Munir, que salieron a la desesperada en la vuelta, dejaron claro que el Barça es, hoy por hoy, un once tipo y poco o nada más. Una realidad que no pasa por alto en el grupo, especialmente en defensa, donde se sigue criticando la posición de Mathieu en el lateral -el propio futbolista avisó de que no se siente nada a gusto cayendo en banda- o la ausencia de Xavi: Rafinha no es el de Terrassa. El canterano no ofrece la profundidad del ex capitán. El equipo nota que ha perdido algo de cerebro sin Xavi en el campo. Un último pase que no llega. Y una inseguridad atrás con los Vermaelen, Bartra y compañía que obliga a Lucho a jugar con un once tipo sino quiere sufrir y tener a los 'jefes' del vestuario con caras largas.
Aún así, la temporada, especialmente esta, será larga: las dos Supercopas y el Mundial de Clubes cargan al equipo con más trabajo. Jugarse el ser o no ser con once jugadores y, visto lo visto, poco más en el presente curso puede terminar siendo misión imposible.