El detalle que puede 'matar' el renacer de Jesé Rodríguez esta temporada
El canario es una de las grandes noticias del verano pero aún le falta hacer lo más importante para ser el que fue
"Ser el que fue". El principio de estas líneas ya resulta curioso e incluso algo contradictorio. Porque hablamos de un chico de 22 años que apenas ha jugado algo más de cincuenta partidos con el primer equipo del Real Madrid. Pero el caso es que, todo el que 'espera' a Jesé le espera para ver lo que se vio de él hace dos campañas, en su primer año completo como jugador del primer equipo.
Tal fue su explosión en muy poco tiempo que pocos se acuerdan de que comenzó aquel curso siendo más de una vez el descarte que Carlo Ancelotti mandaba a la grada en cada partido. Su tan famoso y conflictivo carácter parecía impedirle tener más oportunidades. Un anecdótico gol en el clásico de la primera vuelta de la Liga 2013-2014 en el Camp Nou fue, apenas, su bagage en los primeros meses de competición. Pero poco a poco fue teniendo poquísimos minutos en los instantes finales de los partidos. Y fue entonces cuando se empezó a ver que tenía todas esas pequeñas y grandes virtudes que son absolutamente necesarias para que un canterano triunfe de verdad en el Real Madrid.
Para empezar, tenía nivel. No desentonaba para nada. Ni en cuanto a su juego individual, ni en lo que aportaba al equipo cuando tenía que aportarlo. Velocidad, regate, visión de juego y... gol. Muchos delanteros canteranos del Real Madrid, cuando debutan con el primer equipo, tardan mucho en anotar tantos. A Jesé se le iban 'cayendo' los goles con los mayores. Poco a poco, despacio pero sin pausas... y de repente, en los primeros meses de 2014, se había convertido en algo más que 'el primer cambio' del equipo. Las lesiones de hombres importantes como Bale y Cristiano Ronaldo le hicieron jugar más y con ello, el canario cumplió otras dos premisas para tumbar la puerta del Madrid: Tener suerte, mucha, y aprovechar todos y cada uno de los minutos de los que disponía sin tiempos de adaptación. La adaptación no existe en el Madrid para un canterano. O llegas y cumples, o lo tendrás casi imposible.
Entonces... se rompió. Ha pasado más de un año desde entonces y todos los análisis de pretemporada coinciden en señalar que, físicamente, Jesé vuelve poco a poco a ofrecer lo que ofrecía hasta lesionarse. También da sensaciones mucho mejores que las del pasado curso, en el que combinó una alarmante falta de forma física con una peligrosa dejadez a la hora de intentar las cosas que antes intentaba: Autopases, desmarques, bicicletas... Pero aún le falta lo más importante para él en un jugador de su posición y características, eso que la grada le reclamara y que le pasará factura si no llega: Goles.
Jesé anotó cinco tantos en su primera campaña sólo en la Liga y nueve en todas las competiciones, jugando bastante poco. Esta pretemporada sólo lleva un gol en ocho partidos. No será suficiente para cuando Benítez quiera tirar de él en momentos complicados durante los encuentros. Le sacará para que marque el gol que hace falta, no para que muestre que su rodilla y su físico vuelve a estar bien... sólo. Una visión injusta y egoísta, quizá, como contrapunto a todo lo que se escribe en estos días, pero que debe contemplarse. El club y el técnico le están mimando. Ahora hace falta que de ese empujoncito que aún no ha dado. Como en 2014.