1200 millones después, el Madrid cambia su política de fichajes

Los datos económicos en las dos etapas de Florentino Pérez como presidente son como para hacer un estudio

1200 millones después, el Madrid cambia su política de fichajes

Con la más que previsible venta de Asier Illarramendi a la Real Sociedad, equipo del que llegó al Real Madrid hace algo más de dos temporadas por un valor superior a los 30 millones de euros, el club blanco afronta otra operación fallida en su política de fichajes. Una más. En una entidad tan obligada a los resultados y los títulos, sería imposible que no las hubiera. Sin embargo, desde hace poco tiempo se viene atisbando un cambio de rumbo en lo referente a contrataciones. Al menos a groso modo, salvando las típicas necesidades y los rumores o chollos que todo equipo grande siempre tiene sobre la mesa. Este verano toca 'culebrón De Gea', pero ya hablamos de un puesto concreto en el que ha habido cambios recientes (se fue Casillas) y cuya renovación es lógica y discutible.

Illarramendi llegó al Madrid con 23 años. Acumulaba poco más de dos temporadas de experiencia en Primera División y sólo había empezado a despuntar en la Real. Fue, sin duda, un fichaje arriesgado pero no tanto por su perfil, sino por su elevadísimo precio para tratarse del futbolista que todavía era. Si hubiera aterrizado en la casa blanca por 10 o 15 millones de euros, su salida ahora sería menos traumática. Los blancos perderán prácticamente el doble de lo que pagaron por él.

El de Mutriku se suma a una larga lista de fichajes que, por distintas causas, no cuajaron en el Real Madrid en los últimos quince años. Concretamente hablando de las dos etapas diferentes de Florentino Pérez en la presidencia, los datos económicos en cuanto a llegadas hablan de una inversión descomunal en contrataciones: Más de 1240 millones de euros (según datos de transfermarkt consultados por este medio) con resultados dispares: Desde Figo, Zidane o Cristiano Ronaldo, pasando por Sergio Ramos a hombres como Kaká, Woodgate, Gravesen o Pablo García... O, ahora, Illarra. No son pocas las críticas que está recibiendo el mandatario por estas cifras, si bien van más hacia la política de fichajes en sí misma que por la elección concreta de los jugadores. En cualquier caso, un club tan públicamente necesitado de resultados y tan visiblemente 'rico' siempre está expuesto a pagar un sobrecoste absurdo por cada contratación que realiza.

Para algunos, la consecuencia natural de ser el Real Madrid; para otros, un dispendio muy mejorable, sobre todo en relación a los títulos: Tres Ligas, dos Copas y dos Champions como máximos logros, de un total de 14 galardones repartidos en once años y medio. Las cuentas son: 1,21 títulos cada año y a un coste de 107 millones de euros, independientemente del trofeo.

Desde hace poco más de una temporada, el Real Madrid, movido por las nuevas exigencias fiscales y también por las vicisitudes de un mercado cada vez más complicado, ha variado o está variando su política: Se fija más en posiciones concretas, meditando mucho cada movimiento y, eso sí, habiendo extendido mucho su red de ojos por todo el mundo para hacerse con los mejores talentos jóvenes y de futuro. Así han llegado recientemente hombres como Marco Asensio o Martin Odegaard, y se tiene en el punto de mira a otros, como Dani Ceballos. Sin duda, operaciones destinadas a minimizar tanto los márgenes de error en cuanto a la elección deportiva como el gasto con riesgos.