Las dudas de Bale: apuntan el principal problema de Gareth en el Madrid

La adaptación del galés a España no ha ido al ritmo esperado. El entorno del jugador afirma que hay cosas que el ex del Tottenham aún no llega a comprender

Las dudas de Bale: apuntan el principal problema de Gareth en el Madrid

Gareth Bale es un tipo discreto. Habla con pocos -Modric- en el vestuario. El galés se excusa en su escaso dominio del castellano para limitar sus intervenciones a aseveraciones o negaciones intrascendentes. A Bale le está costando más de lo esperado entender el fútbol español y su gente. La adaptación del galés a España no ha ido al ritmo esperado. El entorno del jugador afirma que hay cosas que el ex del Tottenham aún no llega a comprender. Entre ellas: los pitos a los jugadores. Bronca en la que él se ha convertido en un fijo y que están generando un profundo malestar en el futbolista. Algo impensable en el fútbol inglés, donde el respeto del aficionado a los jugadores del equipo es casi ceremonial.

 

El ritual de la pitada en Chamartín viene señalando en los últimos encuentros, por orden de decibelios, a Casillas, Ancelotti, Bale, Benzema e Illarra. Los cinco fueron los imputados por la hinchada tras la derrota (3-4) ante el Schalke, en un episodio de inquietud popular que se repite desde hace más de un año, cada vez que la megafonía anuncia la alineación.

 

La extravagancia está resultando insoportable a oídos de Gareth Bale, acostumbrado al folclore del fútbol británico, donde los aficionados jamás silban a sus futbolistas. Cuando metió su primer gol, en lugar de celebrarlo se tapó los oídos con las manos, en señal de protesta, y descargó su rabia dándole una patada al banderín del córner. Fue raro.

 

Bale venía de atravesar su peor racha goleadora con el Madrid. Nueve partidos sin marcar desde que le metió un penalti al Córdoba, el 24 de enero, después de la expulsión de Cristiano. La falta de disciplina táctica le había valido los reproches de sus compañeros. Su entrenador, Carlo Ancelotti, le había puesto bajo la lupa. Ya no sabía cómo justificar su titularidad. Y al presidente, cada vez le costaba más forzar a Carlo para que su 'ojito' derecho apareciera en el once sí o sí.

 

Bale aprovechó la ocasión para hacer un ejercicio de reivindicación. Aunque sigue sin entender las formas/maneras de una afición, la del Madrid, que como la mayoría en España, silba y pita cuando algo no le encaja.