Un lustro de clásicos (III): De la frustración hasta tumbar al 'Pep-team'

Al fin, Mourinho ganó a Guardiola en la Liga

Un lustro de clásicos (III): De la frustración hasta tumbar al 'Pep-team'

Seguimos instalados en la temporada 2011-2012. Tras repasar en Don Balón los que, probablemente, fueron los dos clásicos más calientes de la era Mourinho-Guardiola en la Supercopa de ese verano, llegamos a la temporada en sí. El Real Madrid tenía en mente la Liga tras conquistar únicamente la Copa del Rey el año anterior. El Barça, por su parte, era el enemigo a batir en todos los frentes. Prácticamente al unísono, la prensa mundial ya calificaba a los azulgrana como uno de los mejores equipos de todos los tiempos, algo que no podía sino enervar aún más el orgullo del aficionado merengue.

 

Sin embargo, hubo que esperar bastantes meses hasta ver cómo el Real Madrid empezó realmente a mellar la moral de su eterno rival. Fueron meses de mucha tensión en las salas de prensa. De mensajes cruzados, campañas mediáticas y acusaciones mutuas, que incluso pusieron en tela de juicio la estabilidad de los integrantes españoles de la selección que ya era campeona de Europa y del Mundo. Mourinho, en medio de todas las discusiones y los debates, fue aumentando su figura y su poder como 'jefe' de la entidad blanca contra el imperio culé.

 

Ambos equipos se volvieron a ver las caras el 10 de diciembre de 2011 en el Bernabéu. El Madrid acudía con más moral y como líder, con tres puntos de ventaja sobre los catalanes. El encuentro fue un calco actualizado del mismo guión de siempre: Músculo, fortaleza defensiva y extrema rapidez y verticalidad en ataque contra la posesión total. Benzema marcó a los pocos segundos de iniciarse el partido, tras un tremendo error en cadena de Víctor Valdés y toda la defensa azulgrana. Pánico inicial para los de Guardiola. Parecía que al fin la maquinaria culé había sucumbido ante las tácticas psicológicas de Mou. Pero aún no iba a ser así. Alexis Sánchez, antes del descanso, puso las tablas. Ya en la segunda parte, el encuentro se fue inclinando al ritmo rápido pero mareante del fútbol culé. Hasta que un tiro defectuoso de Xavi Hernández golpeó en Marcelo y superó a Casillas, descolocado. El 1-2 desquició al Madrid de nuevo ante su público y provocó el caos. Ya en el ocaso del choque, Fábregas de cabeza puso el 1-3 definitivo. Un nuevo golpe a la fiabilidad de Mou en este tipo de citas. El cambio de ciclo no acababa de consumarse.

 

 

La suerte del bombo quiso que los dos gigantes del fútbol español se vieran de nuevo las caras en la Copa, ésta vez en cuartos de final y a doble partido. Más leña al fuego. Más clásicos. Para las aficiones de ambos equipos empezaba a ser un suplicio. Probablemente también para los futbolistas blancos, hartos de intentar siempre derribar el muro azul y granate sin conseguirlo. Sólo en ese desgaste progresivo, declaración tras declaración y esfuerzo tras esfuerzo del club madrileño al completo, acabaría sucumbiendo el Barcelona esa temporada. Pese a todo ese momento no llegó todavía en el torneo del KO. De nuevo un gol tempranero de Cristiano Ronaldo, que empezaba a aparecer más y más en los clásicos tras haber sido acusado de poco decisivo en las citas importantes, ponía el 1-0. Puyol, en un córner, y Abidal, en una de las jugadas combinativas de más valor de este ciclo de encuentros, pusieron el 1-2 después de que el Madrid se echara de nuevo atrás inmediatamente después de ponerse por delante. Mourinho arriesgó con toda su artillería en ataque en el partido de vuelta y otra vez volvió a jugar mejor el Madrid en el Camp Nou, pero sólo le valió para empatar (2-2). Los blancos mandaban en la Liga pero caían en la Copa esta vez.

 

 

 

Finalmente, la fecha decisiva que empezó a marcar el inicio del fin de la era Guardiola llegó en abril. Fue el 21, una fecha que comenzó a marcar un muy lento y progresivo declive del equipo azulgrana. Ganaría Ligas posteriormente, pero no volvería a realizar ese juego que enamoró al mundo. El Madrid logró ganar 1-2 en el Camp Nou y sentenciar la Liga, dejando al Barça en siete puntos de distancia. Khedira y Cristiano, con su gesto pidiendo calma que quedará en la historia, hicieron los goles. Aquella fue la Liga de los 100 puntos y los 121 goles. El mejor momento de Mourinho como entrenador del Real Madrid.