En el club se habla (pero se calla) de repaso al Barça en el Calderón

Ni Luis Enrique ni los jugadores del Barcelona afrontan con optimismo el partido que mañana les enfrentará al Atlético en el Calderón. Y en los despachos del club existe verdadero pavor por lo que pueda suceder sobre el césped colchonero. Por un lado, Messi y Mascherano se presentarán en el encuentro con apenas un entrenamiento a sus espaldas. Queda por ver si finalmente podrá jugar Piqué. Alves sigue fuera de combate y, sobre todo, Ter Stegen estará en la portería. Demasiados puntos oscuros para un Barcelona que no llega como debería llegar a su cita con el Atlético en la tercera jornada liguera.

Los caprichos del calendario, intencionados o no, han querido que el Barça se desplace en la primera vuelta a todos los estadios de los pesos pesados de la competición: Athletic, Atlético, Sevilla, Real Madrid y Valencia. Teniendo en cuenta que la preparación física del equipo está orientada para llegar a tope a los meses de abril y mayo, la primera vuelta del campeonato puede convertirse en un calvario. Después de San Mamés, el Barça afronta la salida al Calderón en condiciones precarias, sin la preparación adecuada a causa de los compromisos de las selecciones nacionales y con muchas dudas en torno a la alineación. Por su parte, el Atlético lleva toda la semana preparando el partido a conciencia y en el Barça preocupa, y mucho, la capacidad de Simeone para plantear los encuentros de forma que pueda incomodar al máximo al equipo de Luis Enrique. Simeone es algo así como la bestia del negra del Barça y quien más quien menos se espera un repaso en el Calderón, aunque nadie se atreva a decirlo.

Y para acabarlo de arreglar pitará Mateu Lahoz, un árbitro que no gusta nada en el Camp Nou. Todo se junta para que mañana en el Calderón se escenifique la obra de un naufragio azulgrana. El objetivo es llegar a enero vivos en la Liga, pero no lo va a tener fácil el Barcelona para lograr su objetivo.