La otra cara del Barça: la junta se desploma pese al buen momento deportivo

El equipo marcha líder de Primera, es el máximo goleador del campeonato, lo tiene todo a favor para llegar lejos en la Champions y disputará la final de la Copa del Rey ante el Athletic. El momento actual sonríe en lo deportivo al Barcelona, pero no es oro todo lo que reluce. A pesar de que las cosas marchan aparentemente viento en popa, la junta se está desplomando a nivel interno. Varios de los actuales directivos se plantean muy seriamente dejar el club cuando el mandato de Josep Maria Bartomeu llegue a su fin este año. Ahora mismo, no contemplan la opción de embarcarse de nuevo en una candidatura continuista. Sus motivos, desde luego, van más allá de lo meramente deportivo.

La presión fiscal que ha estado ejerciendo sobre algunos de ellos Hacienda ha resultado del todo asfixiante, con la investigación incluso de cantitades aportadas a la campaña a la presidencia de Sandro Rosell que algunos tuvieron que regularizar. La judicalización del club, con el inacabable caso Neymar en principio, al que se ha sumado ahora la investigación a la Banca Privada de Andorra, presidida por el directivo Ramon Cierco, está generando también un fuerte desgaste.

Poco a poco, en el seno de la junta creció el descontento. Muchos realizaron fuertes aportaciones para que Rosell fuera presidente y, a cambio, no se vieron recompensados con la repercusión mediática que esperaban. Alguno de ellos, como el que fuera portavoz de la junta, Toni Freixa, ha acabado prácticamente marginado. Incluso uno de los vicepresidentes, Jordi Cardoner, está buscando apoyos para liderar una candidatura que pueda convertirlo en presidente. Existe un cisma en el seno de la directiva azulgrana. Tan profundo, que ni los títulos podrán remediarlo.