Hay que vender a Dembélé: el galáctico que viene al Barça de Messi
La marcha del francés está decidida
El Barça sigue sembrando dudas. El empate en Mestalla bajó de la nube las ilusiones de un equipo que venía de brillar en Londres ante el Tottenham.
Con un once calcado al que jugó en Champions, excepto la entrada de Vermaelen por Lenglet, el Barcelona no pudo llevarse los tres puntos contra un Valencia que incluso pudo ganar. Valverde juega con fuego y no encuentra la solución a los problemas. Lo que sí tiene claro todo el mundo en el club culé es una cosa: Con Arthur en el equipo y Dembélé en el banquillo el equipo juega mejor.
El brasileño, que aún está adaptándose al futbol europeo, ha caído de pie en el esquema del ‘Txingurri’. Por otro lado, el extremo galo, que había empezado muy fuerte la temporada, se ha ido deshinchando hasta el punto de volver a ser ese jugador apático de la temporada pasada. Sin gol ni desborde, de nuevo hay quién se vuelve a plantear si los 157 millones de euros abonados al Borussia Dortmund son excesivos. No hay duda, lo son.
Pero hay que tener calma con Arthur. Tiene ADN Barça, pero muy poca experiencia a sus 22 años. Tardó en irrumpir en el futbol brasileño y tardará en adaptarse al europeo. A todo esto, se suma un fichaje que planean en el Camp Nou y que vendría a pelar por el puesto de interior que ha dejado libre Coutinho, que se ha desplazado a la banda.
Rabiot es el jugador deseado en Barcelona. La más que probable salida de Rafinha y Denis Suárez dejaría vía libre al galo, que acaba contrato en junio con el PSG. Rabiot tiene nivel para ser indiscutible y experiencia en la élite. Si llega en enero, su coste sería irrisorio. Si llega en junio, sería gratis.
Un fichaje, que, eso sí, traería una víctima: el ya citado Dembélé. Con Coutinho como indiscutible en su posición, la llegada de Rabiot no haría más que sumar competencia y restarle minutos. Una situación insostenible. Tener al cuarto jugador más caro de la historia en el banquillo es un lujo que no se pueden permitir. Y ya hay solución: venderle.
Su venta aportaría una importante plusvalía a las arcas blaugranas. Pretendientes no le faltarían, Liverpool, Chelsea y PSG están muy interesados, pero ni de lejos se aproximarían a los 150 ‘kilos’ que pide el club culé.
El verano que viene puede ser muy agitado en la ciudad condal.