La sorpresa que tenía guardada el Barça para Messi en enero y que no fichó por culpa de Lenglet
Hubiese gustado en el vestuario.
En un momento de la temporada existía gran incertidumbre sobre el destino de la defensa blaugrana. La lesión de Samuel Umtiti le complicó totalmente la ecuación a un Ernesto Valverde que tenía su dupla de centrales titular de memoria. Y esta situación no terminó siendo circunstancial como se preveía, ya que el tratamiento innovador con células madre que se le estaba aplicando al francés, al final no tuvo los resultados esperados, causando recaídas que lo obligaron a parar.
A la baja de Umtiti se sumaron otros inconvenientes en defensa, lo que obligó al Barça a buscar opciones en el mercado, decantándose por la cesión de Jeison Murillo desde el Valencia, central que era del agrado de Valverde, pero esta era una llegada pensando en solventar una situación de inmediatez. También se terminó por fichar a otro zaguero de la Ligue 1, de nombre Jean-Clair Todibo. Con estas incorporaciones el entrenador podía estar con mayor tranquilidad frente a las ausencias.
Lo que no se conocía, era que el conjunto catalán estaba intentando una maniobra para alegrar a Lionel Messi. El plan consistía en traer a Mascherano de vuelta hasta final de temporada para cubrir las bajas en el eje de la zaga, pero la rápida resolución que tuvo la dirigencia para concretar las llegadas en invierno, además del buen nivel de Lenglet, hizo que el jefecito rechazara la propuesta y que el guiño que el Barça tenía guardado para su crack, no saliera bien.
Ambos jugadores mantienen una gran relación, y el contención argentino de forma recurrente ha mostrado su admiración hacia Messi, de quien se refiere sin duda alguna como el mejor jugador de la historia, lo que tiene un valor especial, debido a que este tema es delicado para los argentinos, teniendo que dejar de lado a Maradona.
Al final, no pudo ser el reencuentro de dos jugadores que lo han dejado todo por el Barcelona.