Lezama recupera un símbolo de la historia del Athletic de Bilbao

El mítico arco del antiguo estadio San Mamés se salvó del derribo y se trasladó a los campos de entrenamiento donde ya luce

Lezama recupera un símbolo de la historia del Athletic de Bilbao

Un mítico elemento del desaparecido San Mamés era el arco. Una obra de ingeniería destacadísima que en los años cincuenta apareció como una auténtica revolución en los estadios. Permitía una visión nítida desde todos los puntos de la tribuna sin molestas columnas que entorpeciesen el seguimiento de los partidos. Un arco que tuvo diferentes anécdotas como la del aficionado que provisto de una bocadillo y una botella de subió a lo más alto para presenciar el partido del Athletic con la mejor perspectiva a una altura de 18 metros. No hubo manera de hacerlo bajar. Solo cuando decidió que el encuentro estaba ya concluido puso los pies sobre el suelo y sobre la comisaría a la que le acompañaron los guardias.

 

Al derribar San Mamés, se decidió salvar el arco como símbolo de la toda la épica del estadio en sus cien años de historia. No estaba clara su ubicación, algunos decía que lo mejor sería resituarlo en Bilbao como monumento, aunque al final se optó por Lezama, donde en un principio se dejaron las piezas hasta su instalación definitiva que ha sido en un lateral del campo principal en el que juega sus partidos el Bilbao Athletic. Las labores no están aún rematadas, pero el impacto visual es grande. En un futuro, el emblema rojiblanco hará la función de recibidor a los visitantes a Lezama y debajo se instalará una pequeña tribuna para ver los encuentros del filial.

 

El club informó de que la estructura permanecerá unos días en la actual posición con el objetivo de comprobar su estabilidad y que luego se colocará en los soportes habilitados en una de las bandas del terreno de juego número dos de las instalaciones rojiblancas.