Los Reina: el hijo Pepe juega en el rival maldito de su padre Miguel

La final de la Copa de Europa de 1974 que acabó 'birlando' el Bayern al Atlético, el peor recuerdo, aunque en el día del padre se perdona todo

Los Reina: el hijo Pepe juega en el rival maldito de su padre Miguel

Pepe Reina juega en el equipo ‘maldito’ de su padre, el Bayern de Múnich. No es un gran regalo para el día del padre, pero el amor de los progenitores está por encima de cualquier final de Copa de Europa perdida. Miguel Reina, con todo, tiene presente que conjunto bávaro donde juega su hijo le birló de la manera más dolorosa posible la ‘orejona’ en 1974. Una final que se desarrolló en dos capítulos y el primero resultó para Miguel de una crueldad intolerable.

 

Estadio belga de Heysel 15 de mayo de 1974. El Atlético de los Reina, Aragonés, Capón Gárate, Irureta y compañía se planta en la finalísima contra el Bayern de Múnich de Maier, Breitner, Beckenbauer, Muller, Hoeness, etc. Dos equipazos frente a frente y la incógnita del marcador condujo el partido a la prórroga. En el minuto 114, Aragonés rompe el 0-0 con un magistral lanzamiento de falta desde la izquierda que establece el 1-0. Quedaba poco y todo parecía indicar que la Copa sería rojiblanca, pero en el último minuto Schwarzenbeck igualó con un fuerte disparo desde fuera del área. Miguel Reina no pudo hacer nada. Hubo partido de desempate –no se contemplaban los penaltis- y con la moral por los suelos se produjo la debacle del 4-0. Con todo, Reina padre ya dejó el listón muy alto siendo portero del Barcelona, del Atlético de Madrid y cinco veces de la Selección Española. Con el Atleti acarició la Copa de Europa y ganó la Intercontinental.

 

Reina hijo se estrenó con el Bayern la pasada jornada y con el mismo resultado de ese partido 4-0 en casa del Werder Bremen. Pepe es el primer español en haber estado en las 4 Ligas europeas, en España con el Barça y Villarreal, en Inglaterra con el Liverpool, en Italia con el Nápoles y en Alemania con el Bayern de Múnich. Y su padre Miguel, orgulloso, pese a ser en casa del archienemigo.