Jesé, ni el primero, ni el único: los conflictos Benítez/ vestuario
Rafa transita por un campo de minas en la caseta blanca
Rafa Benítez no es Santo de la devoción del grupo. El vestuario, mayoritariamente, no traga con el método del técnico madrileño la que critica por su marcado inmovilismo a la vez que apunta la robotización hasta el extremo del día a día. Jugadores como Cristiano Ronaldo marcan perfil: CR7 puso sus galones sobre la mesa para retorcer la voluntad del madrileño hasta forzar un nuevo escenario que lo reposicionaba como el líder en el campo, y más importante, en el vestuario. Otros, sin las 'influencias' de Ronaldo deben tragar.
Es el caso de Jesé Rodríguez que se ha erigido en el portavoz de los que sueltan pestes de Benítez por su falta de independencia. El canario se siente engañado por falsas promesas -minutos/oportunidades- que ha desaparecido de la noche a la mañana: en el caso de Jesé este señala los 30 millones pagados por Kovacic como fuente de sus males. Hay más.
Carvajal está calladito después de semanas malhumoradas al ver que Danilo, ahora lesionado, le pasaba por delante como un avión. No fue lo prometido pro Rafa.
Isco, otro que tal: la lesión de James le ha dado aire, pero el malagueño está muy pendiente de evoluciones con la vuelta del colombiano para decidir.
El entorno del Lucas Vázquez filtraba la semana pasada su predisposición a regresar al Espanyol si el rol del jugador, como todo apunta, se estancaba.
Casemiro, por el momento, guarda silencio dentro, pero habla fuera: esperaba más con Rafa.
Y Cheryshev, destrozado, que ya intentó salir quemando rueda el último día de mercado, se siente engañado por un Benítez que lo ha relegado al ostracismo más absoluto.