El primer gran problema del nuevo San Mamés 'empapa' al Athletic de Bilbao
El nuevo estadio tiene un viejo problema: las goteras. Los abonados afectados se quejan sin que, por el momento, tengan soluciones
El flamante estadio de San Mamés tiene un problema. De imponente aspecto por fuera y por dentro. Pero el nuevo campo en el que se ha destacado la utilización de la última tecnología para su construcción presenta una vieja molestia: las goteras.
El Athletic lleva ya año y medio en este nuevo recinto y esta temporada al completo, después de que se hubiese finalizado la tribuna sur, pero las quejas de los abonados han empezado a arreciar por una evidencia. Es vergonzoso que en un estadio diseñado para que todos sus seguidores estén protegidos de la lluvia, sufran esta inclemencia. La afición está harta y quiere soluciones.
Unas medidas que el presidente Josu Urrutia asume, pero con reparos. "Es una preocupación de todos y estamos trabajando para que en el futuro no se mojen. Intentaremos proponer en la asamblea esas soluciones", ha avanzado.
Aunque, por otro lado, ha contraatacado frente a los datos de asistencia, que no son del todo buenos. "Me preocupa que se dé entender que es por el precio de las entradas. Eso es querer enredar y espero que la gente no caiga en ese error. Los 45.000 socios que no quieran ir pueden ceder sus carnets a otras 45.000 personas”, ha comentado de forma destemplada.
La Asamblea de Socios Compromisarios, que se celebrará el próximo 27 de octubre se presenta caliente con las quejas de los 10.000 socios que se mojan en San Mamés y ante las cuales una de las propuestas es construir una nueva cubierta, que costaría alrededor de 10 millones de euros y habría que cerrar San Mamés durante seis meses.