Por qué esta (y no otra) es la semana clave de Benítez en el Real Madrid
El técnico afronta su primer partido 'del año' y además contra un rival que fue el responsable indirecto de la primera gran crisis blanca el pasado curso
A un día de jugar en la Champions League por segunda vez esta temporada en casa del Malmo sueco, a Rafa Benítez le preguntaron este martes en rueda de prensa por su balance del estado del equipo tras los célebres '100 días de gracia' que se le conceden, de forma simbólica, a un entrenador del Real Madrid cuando afronta su primer año en el club antes de sacar las primeras conclusiones sobre su trabajo. "Antes eran 50 días", respondió de forma jovial un hombre que no destaca precisamente por ser gracioso cuando se pone delante de un micrófono. No es su trabajo, está claro, ni tampoco lo pretende. Rafa Benítez es un tipo especial por ser un hombre corriente en un mundo de hombres especiales, y perdonen la expresión. Su sencillez en cada comparecencia, tanto a la hora de decir lo que piensa como de esquivar las preguntas de los periodistas si no le gustan o no le viene bien contestarlas, hasta se hace noticia.
En ocasiones, su forma de trabajar podría recordar a la de Jose Mourinho, aunque regada con una naturalidad que hace que la sensación de calma fluya en el ambiente, algo que nunca pasó con el portugués. Pero si hablamos de su trabajo hasta ahora, está claro que ha combinado aspectos positivos con cosas que se deben mejorar, y mucho. No tanto porque los resultados no hayan acompañado sino porque todo el mundo, Rafa incluido, es consciente de el nivel actual no valdrá cuando se llegue a febrero y marzo. El técnico sigue amparándose en que "es el principio" y siempre tiene palabras de exigencia para su plantilla. De momento está dentro del carril previsto.
Mejor seguridad defensiva, un equipo vistosamente más trabajado en lo táctico, quizá algo más aburrido por momentos y con lagunas en ataque. Son las líneas básicas con las que podríamos definir los primeros días de este Real Madrid de Rafa Benítez. Pese a todo aún no se ha perdido un partido oficial y apenas se ha encajado un tanto. La victoria en San Mamés, feudo donde Keylor Navas fue batido por primera y única vez hasta ahora, le ha dado a Benítez un crédito muy positivo para lo que le viene ahora. Pero, realmente, su semana clave llega en estos días. El Malmo no debería ser un rival complicado de superar y ese partido no es el problema (básicamente, porque un pinchazo en Suecia sí encendería los nervios). Pero el domingo hay visita al Calderón. Eso son palabras mayores.
Quizá hace cuatro o cinco años, jugar contra el Atlético de Madrid no suponía un estrés tan grande pero todo eso cambió con Simeone. Ahora son partidos a cara de perro y el Madrid ha salido magullado más veces que los rojiblancos últimamente, salvando la mágica noche de la décima en Lisboa. Ni el estruendoso 4-0 en contra cosechado en el Vicente Calderón hace algunos meses tapará esa victoria blanca sobre el vecino de la ciudad por los Siglos de los Siglos, pero conviene no olvidar que la goleada que encajó Ancelotti en su último derbi fue el principio del fin para él. Eso, y la fiesta de cumpleaños de Cristiano Ronaldo estirada por los medios. Durante dos temporadas, al italiano le salvaron los títulos y le penalizó bastante su bagage contra los equipos grandes durante la temporada, especialmente en la Liga. Fue uno de los caballos de batalla en los que el club se basó para cesarle. A Benítez, como a cualquier entrenador del Madrid, le medirán por el derbi. Todo lo que haya pasado antes importará poco dependiendo de la imagen que de el equipo. Será momento de ver si lo sufrido y aprendido ante el Athletic es capaz de ponerse de nuevo en práctica.