Los jugadores que calentaron a Luis Enrique para que atizara al Camp Nou
La plantilla tiene unas ganas locas de rajar por qué el equipo está así
El vestuario del Barça estaba en pie de guerra. El técnico, avisado por Unzue, se encontró una revolución al término del Barça-Bayer en la caseta. Pesos pesados como Piqué, Mascherano, Iniesta, que lo vivió desde fuera por lesión, o Busquets, estaban que trinaban por los pitos de un sector de la grada que señalaba el juego ramplón, sin ritmo/continuidad en el campo. La plantilla, que fue la primera en hacer autocrítica y sabe mejor que nadie que así no se va a ningún sitio, que esto es pan para hoy y hambre para mañana, que la remontada fue una moneda al aire que salió cara y aparca el problema una semana más, cargó duramente, no contra la grada, pero sí contra los por qué que han llevado al Barcelona a esta situación: una planificación nefasta, un gira que reventó al equipo causa de las lesiones y las salidas de jugadores clave cuando la sanción FIFA avisaba que no se podría fichar.
El cabreo era tal que algunos jugadores comentaron a Unzue que una defensa pública del grupo por parte de Luis Enrique sería muy bien vista, ya que ellos no podían significarse y estaban obligados a morderse la lengua ante los verdaderos problemas del equipo. Además, en el grupo a nadie escapa, tampoco a Luis Enrique, que lo peor está por venir: la cuesta hasta fin de año será terrible. Parar el golpe de entrada con un toque de atención severo que exprima el 'triplete' es ganar tiempo para todos, jugadores y técnico. Dicho y hecho.