El Barça de Luis Enrique ha perdido su identidad en el terreno de juego

El actual Barcelona se parece cada vez menos al que construyó Pep Guardiola en 2008.

El Barça de Luis Enrique ha perdido su identidad en el terreno de juego

El FC Barcelona va bien en la Liga y en la Champions League. El resultadismo funciona de forma puntual, pero rara vez a lo largo de una temporada pueden llegar los títulos si no se aspira a ellos con buen juego. Y eso sólo es posible cuando existen buenos jugadores -el Barça los tiene- y una filosofía clara de juego. Por ahí falla el actual Barça de Luis Enrique, que cada vez se parece menos al construido por Pep Guardiola basado en el control del balón y la triangulación de jugadas para llegar al gol.

 

Ese fútbol de toque y control se está perdiendo. Con Xavi fuera del club y con Iniesta y Messi lesionados, Busquets se las ve y se las desea para imponer su ley en el centro del campo. Pero incluso con los titulares en juego el Barça de Luis Enrique se ha convertido en un equipo sin un modelo definido que pierde su identidad en el terreno de juego. Faltan los automatismos que hacian del Barça un equipo invencible. Ahora existe una preocupante dependencia de la inspiración de los tres delanteros y se llega al gol de cualquiera manera, como en el primero de Rakitic ante el Bate Borisov, desde fuera del área, algo que con Guardiola no ocurría.

 

La gran esperanza de Luis Enrique para sacar adelante la nave es que la incorporación de Arda Turan en enero permita jugar al equipo con la líneas más juntas y recuperando ese fútbol de toque que en los últimos veinte años ha caracterizado al FC Barcelona.