Filtran el suculento sueldo para convencer a Vela de dejar tirada a la Real

El delantero mexicano buscará su salida en el mercado de invierno

Filtran el suculento sueldo para convencer a Vela de dejar tirada a la Real

La polémica por las excesivamente sinceras declaraciones de Carlos Vela sobre su situación actual en la Real Sociedad siguen dando mucho de qué hablar. Sobre todo porque el delantero mexicano está considerado como la estrella de un equipo que estaba llamado a hacer grandes cosas esta temporada (o lo estaba, por su propia afición) . Pero claro, llevamos ocho jornadas de Liga y la imagen del conjunto donostiarra ha sido, cuanto menos, más que pobre. Con sólo una victoria y seis puntos de 24 posibles en su haber, sólo faltaba escuchar cómo tu mejor jugador dice que quiere marcharse.

 

Porque eso es justo lo que afirmó Vela al principio de la temporada: "Pensé en salir en verano. En cada mercado hay opciones, uno valora las cosas y yo lo hice. Había varias opciones y la verdad es que era interesante estar cerca de mi país (en la MLS). Te hace dudar de lo que quieres, pero no se dio y seguimos aquí". Y pese a que asegurase que a pesar de todo iba a dar el máximo por defender los colores del equipo donostiarra, Vela está siendo una sombra de lo que ha sido durante las cinco campañas que ha permanecido en San Sebastián. No ha marcado todavía y apenas participa durante los encuentros.

 

Su actitud, más que su fútbol, está cansando cada vez más a los aficionados. "Si se quiere ir, que se vaya" es lo que rezan la mayoría de las opiniones. Pero el azteca disfruta de un contrato que le liga a la Real hasta junio de 2018 y tiene una cláusula de 30 millones de euros. Según desvela el diario El Confidencial, el pasado verano Los Angeles Galaxy (o Chicago Fire) se acercaban a cifras de cinco millones de euros de sueldo para tratar de convencerle. El problema es su precio. La MLS paga muy bien a los jugadores, pero no realiza traspasos tan caros.

 

Vela le ha pedido al presidente txuri urdin, Jokin Aperribay, que le deje ir en el mercado de invierno. Pero el ya de por sí cuestionado mandatario vasco no podrá dejarle marchar sin más, a riesgo de que malvenderle suponga su sentencia de muerte (y la de David Moyes) al frente del club. La situación corre el peligro de enquistarse porque pese a todo, lo cierto es que el rendimiento del futbolista sobre el pasto no es el esperado ni el que necesitan sus compañeros para salir de la mala situación en la que están metidos.

 

El asunto no pinta bien. Para ninguna de las partes. Pero ya se sabe... normalmente, al final, es el jugador el que suele salirse con la suya.