El vestuario del Real Madrid a Benítez: Jugamos mejor sin Gareth Bale
La plantilla se siente más cómoda sin el galés en el terreno de juego

Ante el Celta, victoria. La ausencia de Gareth Bale no despierta llantos en el grupo, al contrario: el vestuario no esconde que se siente mejor, más cómodo en el campo, sin Gareth.
La participación de Gareth por decreto molesta en un vestuario, el blanco, que cree que el galés no encuentra su sitio en algunos partidos. Desde la plantilla -nada nuevo- las voces que insisten de que Bale sigue sin ser carne ni pescado, suben el volumen. El galés no ofrece entusiasmo en la trabajo defensivo ni claridad en la progresión y la llegada más allá de aldabonazos puntuales que no justifican las ansias de liderazgo del jugador. El paso de los meses le ha ido desconectando del equipo. Queda un jugador ensimismado en sus dudas, incómodo en su papel y con cierta ansiedad por reafirmarse que le hace poco aprovechable para el equipo.
Florentino Pérez lleva meses sufriendo. Bale es el niño mimado del mandatario desde que en verano del 2013 decidió apostar por él 100 millones de euros al perder la batalla por el fichaje del brasileño Neymar. Desde aquel día Bale ha sido el protagonista de casi todos sus desvelos.
En las últimas jornadas Bale ha quedado fuera del once, por lesión y recaída de la misma tras desoír al Madrid que le invita a regresar de Gales para recupeararse de un proceso que le ha llevado a sufrir cinco percances musculares en el inicio de su tercera temporada con el Real. La salida de Gareth del once ha permitido a Rafa Benítez hacer y deshacer sin la 'obligada' participación de un futbolista señalado desde dentro como uno de los problemas del juego del Madrid y que ha ido de más a menos desde que puso un pie en el Bernabéu.
El galés ha estado en el ojo del huracán en la caseta y en todas las quinielas que apuntaban a su salida de la titularidad como necesaria. El problema para Rafa Benítez, como lo fue para Carlo Ancelotti, es que esos cien millones de euros pagados por Florentino se han convertido en una losa demasiado pesada para dejar al galés en un segundo plano. Bale, además, empieza a tener demasiados enemigos en el Madrid. Uno, el vestuario. Otro, en la grada del Santiago Bernabéu.
Desde el vestuario ya no se muerden la lengua y han atizado al galés con sorna desde el arranque. En la plantilla se impone la idea de que sin Gareth el equipo juega mejor. Benítez no lo niega.