Un fichaje empujará a Negredo al Marsella pese a la lesión de Rodrigo

Confirmada la grave lesión, por desgracia, de Rodrigo Moreno, un nuevo horizonte se abre ante Álvaro Negredo aunque igualmente borroso. El hispano brasileño estará de baja al menos hasta enero de 2016, puede que hasta febrero. Eso deja a Paco Alcácer, el propio Negredo y Santi Mina como los tres arietes disponibles para un Nuno Espirito Santo que salió tocado del choque del Vicente Calderón, tercer encuentro consecutivo en el que dejó al 'Tiburón' en Valencia por cuestiones supuestamente deportivas.

Los medios cercanos a la actualidad valencianista afirman que la baja prolongada de Rodrigo le abrirá de nuevo las puertas del equipo al ex del Sevilla o del City, aunque parece que su relación personal con el entrenador luso no pasa de las meras formalidades de cara al público. Pero hay otra posibilidad: que Nuno consiga que el club atienda su petición de fichar un ariete, que ya estaba vigente antes de la lesión de Rodrigo y esta operación empuje al delantero fuera del Valencia de forma definitiva en el mercado de invierno.

El supuestamente elegido por el técnico es Vincent Aboubakar. El camerunés se ha asentado como titular en la delantera del Oporto de Julen Lopetegui esta temporada, y está consiguiendo buenas cifras por el momento (7 goles en lo que llevamos de temporada). Lo malo es que tiene una cláusula de rescisión de 50 millones de Euros, cifra inasumible para el Valencia. Menos aún en el mercado de invierno, aunque para eso estarían las dotes de Jorge Mendes.

En caso de afrontar este u otro fichaje de un delantero centro, Negredo podría terminar jugando en el Olympique de Marsella de Míchel. El entrenador español ya tuvo al delantero en el Real Madrid Castilla y también en la época de ambos en el Sevilla, y ahora le habría abierto las puertas del conjunto marsellés, según la COPE. Pero todo depende de varias cosas. Y es que ahora mismo no hay nada seguro en el Valencia: ni la posibilidad de fichar, ni el puesto de Nuno a pesar de la total confianza de Peter Lim, ni la continuidad del ariete.