El mosqueo de Messi: el gran problema del argentino en el Clásico

'Lucho' sorprendió ante el Madrid. El asturiano volvió a dejar claro que no se casa con nadie. Sin centro del campo, sin pausa y sin posesión del balón

El mosqueo de Messi: el gran problema del argentino en el Clásico

El partido de Lionel Messi ante el Real no será recordado. El crack del Barça desfiló caminó del vestuario con caras largas. Parecía que el equipo había perdido en lugar de ganar ante el Madrid. El motivo del enfado de Leo: el argentino no encontró su sitio en este 'nuevo' Barça. El planteamiento de Luis Enrique ahogó a un Messi que se sintió incómodo/molesto en más de un tramo del encuentro. "Leo parecía desconectado. Molesto. Nos sorprendió su actitud", advierte un directivo del club a este medio. Preguntado el técnico por la posición de Leo, pegado a la banda, este volvió a responder con cierta tirantez: "Leo tiene libertad par jugar donde quiera".

 

'Lucho' sorprendió ante el Madrid. El asturiano volvió a dejar claro que no se casa con nadie. Sin centro del campo, sin pausa y sin posesión del balón. Así jugó el Barça de Luis Enrique ante el Real. El primer gol llegó gracias a una jugada de estrategia (de las que se encarga Unzué y ya van cinco tantos así) y el segundo de contragolpe; un pase largo de Alves a Luis Suárez. El Barcelona del toque se extingue y el centro del campo se usa muchas veces para ver cómo pasa el balón por arriba. En la primera mitad el Madrid pudo hacerle mucho daño si hubiese aprovechado sus ocasiones. El plan del conjunto azulgrana entonces fue ninguno. Desarbolados y replegados atrás y con Messi perdido en la banda derecha sin conectar con la pelota. Un dato: el argentino disparó por primera vez a puerta en el minuto 73’.

 

El Barça no tuvo la pelota como le gusta hacer. De hecho fue, con un 52% de la posesión, el duelo en el que menos ha tenido la bola de todo el curso. Eso se dejó notar también en el juego de un Messi acostumbrado al fútbol de conexión. No fue hasta el gol de Suárez que el Barça viró. Empezó a dominar algo más el esférico. Entonces Lionel se sintió más cómodo sobre el campo y generó la mayor parte de las ocasiones y oportunidades. Adoptó una posición de centrocampista y ayudó (junto con Xavi y Busquets) a tener más el esférico. Era el minuto 75 del encuentro y Messi había estado desaparecido hasta entonces.