El motivo no contado de la Real para no cesar (todavía) a David Moyes
Pese a la victoria por 0-4 en el último partido de los donostiarra, el escocés sigue en el disparadero
El consejo de administración de la Real Sociedad lleva días moviéndose para tener un plan por si finalmente decide cesar a David Moyes al frente del equipo. Pese a que la victoria en el Ciudad de Valencia ha resultado algo salomónica de cara a calmar las aguas por San Sebastián lo cierto es que el descontento de la afición para con el proyecto comandado por el británico es notorio y no parece que un triunfo haya contribuido a levantar los ánimos de forma excesiva. En la ciudad se respira un ambiente donde reina el pesimismo. Debido a esto, Aperribay y Loren se cubren las espaldas.
En las últimas horas ha habido contactos con varios entrenadores para sondear su disponiblidad y predisposición a ingresar en la Real si Moyes es despedido, según informaron diversos medios, entre ellos el diario As. El hispano argentino Juan Antonio Pizzi, ex entrenador del Valencia, Joaquín Caparrós o Juande Ramos han sido los promeros técnicos contactados. De momento no hay alternativas reales. Pizzi tiene contrato con el León mexicano y no piensa romperlo.
Sin embargo, hay un motivo que todavía pesa en el consejo de administración del club vasco: el blindaje económico de Moyes. El escocés percibiría una suculenta suma de dinero si es despedido antes de tiempo y la Real y, concretamente, su presidente y su director deportivo, ya de por sí cuestionados y con una creciente 'mala prensa' entre la afición, tendrían que justificar por qué hace un año confiaron ciegamente en un desconocido de la Liga española al que ahora habría que abonar nada menos que 3,2 millones de euros en concepto de finiquito. Por si fuera poco, habría que pagar a un nuevo entrenador y en el caso de Pizzi, con contrato en vigor. Una locura.
La directiva de la Real se debate entre tomar una medida populista si las cosas empeoran y así salvar mínimamente su propia imagen, o seguir adelante con una apuesta que todavía está lejos de resultar satisfactoria.