La marcha de Guardiola dejó al Barça sumido en el caos organizativo

El problema del actual Barcelona no es la sanción de la FIFA sino la nefasta estructura de su fútbol base.

La marcha de Guardiola dejó al Barça sumido en el caos organizativo

Aunque resulte más cómodo echar las culpas de las desgracias propias a agentes externos, en este caso la persecución a la que la FIFA somete al Barça en el asunto de la prohibición de realizar fichajes, lo cierto es que el caos organizativo en el que vive hoy el FC Barcelona tiene mucho que ver con la marcha de Pep Guardiola del club y la limpieza que el tándem Rosell-Bartomeu realizó en el organigrama técnico aprovechando su ausencia.

 

Desaparecieron de un plumazo técnicos de probada solvencia con el fútbol base para dejar paso a amigos, amiguetes y amigotes de la directiva. Y el resultado de esa siembra no ha tardado en llegar. Ya no suben de la cantera al primer equipo jugadores como Busquets o Pedro, el último legado de Guardiola, el filial anda sumido en la mediocridad y los equipos inferiores ya no se caracterizan por sus buenos resultados y la excelencia de su juego.

 

No es una consecuencia de la sanción de la FIFA, sino de una estructura que no da la talla y que tiene en Gerard López, el técnico del Barça B, su máxima expresión. ¿Quién es Gerard López, contra quién ha empatado, para asumir la responsabilidad de dirigir al equipo filial? Los resultados: pobres resultados del Barça B e inexistencia de jóvenes valores capaces de servir como refuerzo al primer equipo. Los pocos que han tenido la oportunidad de sumarse a la plantilla profesional llegan sin los automatismos clásicos que han definido al FC Barcelona en todos sus equipos. Por no saber, ni saben chutar a puerta. La cantera, divino tesoro con Guardiola, ya no cuenta en el club. Y quien lo paga es el primer equipo.