Moyes se marcha a gritos de la Real... y 'rajando' de la plantilla
Desvelan momentos de tensión en su última charla con el presidente del conjunto donostiarra
La despedida de David Moyes de la Real Sociedad está tardando más de la cuenta en 'disiparse'. Lo que era una noticia anunciada en las últimas semanas debido al mal rumbo del equipo vasco en la Liga se confirmó el pasado fin de semana, tras la dolorosa derrota de los donostiarra ante Las Palmas. Sin embargo, el cese del escocés no se hizo oficial hasta la tarde de ayer lunes, debido a un retraso del técnico, que pasó las horas posteriores al choque en Manchester por el cumpleaños de su hija.
Moyes perdió un vuelo que debía llevarle de vuelta a San Sebastián el domingo y no fue hasta este lunes, como decimos, cuando se encontró con el presidente Jokin Aperribay en el Hotel María Cristina, el que ha sido su hogar durante el año -casi exacto- que ha vivido en la ciudad del norte de España. Uno de los detalles más reveladores de su casi nula integración en la vida y la cultura del país. Pero lo más desagradable, desvelado por medios como Mundo Deportivo o IBI Times UK ha sido el acto mismo de despedir al entrenador, que según los citados medios no sólo no asumió su culpa en la actual situación de la Real -decimosexta con nueve puntos, los mismos que el conjunto canario, que ocupa plaza de descenso- sino que echó balones fuera y contraatacó contra la plantilla.
Al parecer, para Moyes el plantel actual de la Real Sociedad no goza de la calidad necesaria, acorde con las expectativas generadas por el club -excesivas, según él- que buscaba quedar entre los diez primeros clasificados y, si fuese posible, acceder a Europa. Todo esto sin contar con que la Real ha realizado el dispendio económico más grande de toda su historia este verano. "Mediocres" es la palabra utilizada por los citados medios para definir el adjetivo con el que el técnico habría calificado a la actual plantilla.
Pese a que Aperribay ha aclarado que el ex del Manchester United no ha cobrado indemnización la sensación en San Sebastián es de incredulidad al respecto, pues se sabía que el contrato de David Moyes era alto y precisamente una actitud así difícilmente deja en buen lugar las relaciones con la entidad.