En el Barça nadie se atreve a decirle a Messi que no juegue el clásico

En el Barça nadie se atreve a decirle a Messi que no juegue el clásico

Ni en el Barça ni en Argentina desean precipitar el regreso de Messi, el problema es que él quiere jugar y nadie osa enfrentarse a él negándole su deseo.

Desde Argentina llegan noticias de que el médico de la selección albiceleste se pone las manos en la cabeza cuando le dicen que es posible que Leo Messi tome parte en el clásico del próximo día 21 haciendo coincidr su reaparición con el clásico del Bernabéu. En su país consideran que no es el partido más adecuado para volver a la actividad, conociendo el juego de Leo y la intensidad de un partido en el que será sometido a un marcaje férreo de al menos tres hombres. En Argentina temen que precipite su reaparición y vuelva a romperse.

 

Y en el Barcelona opinan igual. El partido es tan importante como intrascendente. El Barça acude al Bernabéu con tres puntos de ventaja y la tranquilidad de que no pasa nada si vuelven a Barcelona con una derrota. Por otra parte, la trayectoria del Barcelona en su ausencia, con un Neymar inspiradisimo, tampoco convierte el regreso del crack argentino en una necesidad imperiosa. En el Barça, como en Argentina, quieren que Leo se recupere completamente sin forzar su reaparición.

 

El problema es que Messi quiere jugar sí o sí. Y nadie se atreve a prohibírselo. Luis Enrique ya le sentó en el banquillo en Anoeta en el mes de enero, de acuerdo con sus convicciones, y aquello casi genera un golpe de estado. Solo se ha atrevido a sentarle en otra ocasión. Fue en la tercera de jornada de la presente Liga, cuando Leo vino de saldar sus compromisos con Argentina e inmediatamente después nació su segundo hijo. El Barça jugaba en el Calderón ante el Atlético de Madrid y Leo se sentó en el banquillo sin haber realizado un sólo entrenamiento con el equipo en el transcurso de la semana. Pero salió en la segunda mitad para colaborar con el triunfo de su equipo.

 

Luis Enrique teme que llevarle de nuevo la contraria a Messi y obligarle a perderse el partido en el que más disfruta pueda significar una nueva grieta en sus relaciones y parece dispuesto a ceder al deseo del futbolista, especialmente porque nadie en el club, ni el presidente, ni el director deportivo, se atreve a apoyarle en su portura de prescindir de Leo Messi en el próximo clásico.