El episodio del Halloween crea un cisma en la plantilla del Barça

El episodio del Halloween crea un cisma en la plantilla del Barça

Piqué acepta el rol de "poli malo" mientras Iniesta acepta el de "poli bueno" a la hora de dar explicaciones.

Andrés Iniesta se ha mostrado contundente en Onda Cero ejerciendo de capitán y defendiendo a sus compañeros por los ataques que vienen recibiendo como consecuencia del show que montaron en Getafe disfrazándose con motivos de Halloween. Iniesta ha dicho: “No sorprende que se haga tanto revuelo cuando hay tantas miradas pendientes casi más de lo extradeportivo que de lo deportivo, tiene un eco muy importante. Fue un capítulo que sucedió, lo hablamos, y pedimos disculpas porque no era la intención molestar ni mucho menos. Si hubiéramos sabido que Víctor estaba en rueda de prensa, no habría sucedido. No somos tan cazurros para hacer eso”

 

Y sobre el comportamiento de sus compañeros ha añadido: “¿El vestuario del Getafe? No sé lo que pasó, pero creo a mis compañeros en ese sentido. Es un capítulo que se cerró con las disculpas. Cuando alguien comete un error, se disculpa y asume eso. No fue un hecho de capitanes o no. Fue un error que se cometió y ya está. Algunos comentarios de compañeros en ese aspecto sorprenden, pero al final lo que tiene que hacer cada uno es preocuparse de lo suyo y analizar lo que tiene cada uno en su club”.

 

Andrés Iniesta ha verbalizado lo que en realidad sucede en el vestuario del Barcelona. Mientras él interpreta el papel de "poli bueno" pidiendo disculpas y no entrando al trapo, Gerard Piqué ejerce de "poli malo" y tiene respuestas para todas las críticas, porque entiende que lo de Getafe sólo fue una broma y que no es necesario pedir perdón a nadie, mientras denuncia manipulaciones del presidente del Getafe y algunos medios de comunicación para perjudicar la imagen de los jugadores del FC Barcelona. Mientras Piqué alarga el tema buscando nuevos focos de tensión, Iniesta es partidario de enterrarlo de una vez por todas. Las dos posturas tienen sus propios seguidores en un vestuario en donde la división se ha hecho más que evidente.