Caso CR7: ¿Hasta dónde deben llegar las medidas de antiviolencia?
El anuncio de una posible sanción por parte de Javier Tebas reabre el debate
La celebración de Cristiano Ronaldo tras su gol del pasado domingo en el clásico contra el Barcelona en el Camp Nou, que suponía el empate momentáneo del Real Madrid en el partido, va a reabrir el melón del debate sobre las medidas antiviolencia que en estos 'nuevos tiempos' tratan de imponer los responsables del fútbol español. Sobre todo a raíz de las últimas declaraciones del presidente de la LFP, Javier Tebas, en las que se refirió al tanto del portugués: Hay que tener cuidado con los gestos de provocación de un jugador cuando marca un gol o con cualquier otra provocación o conducta que pueda incitar a la violencia con los espectadores. Pueden ser objeto de sanción. Puede ir desde una multa hasta una suspensión de partidos. Lo vamos a trabajar", aseguró.
¿Estaba Cristiano Ronaldo tratando de provocar al público del Camp Nou pidiendo 'calma' con sus brazos? ¿Fue su celebración realmente una falta de respeto? El portugués ya 'patentó' esta manera de festejar sus tantos y en ese mismo escenario. Tanto en la temporada 2011-2012 como en la 2012-2013 el futbolista blanco ya realizó una celebración similar, que a la postre no tuvo consecuencias en forma de incidentes con la grada culé. Tampoco nadie se había fijado prácticamente en ese detalle del pasado domingo, que pasó desapercibido como un hecho más de un partido en el que no hubo ningún problema más allá de la tensión normal de un enfrentamiento de esas características.
El fútbol español trata de cambiar para mejor en lo referente al clima de violencia verbal que ha imperado en los estadios desde hace tiempo. A raíz de la muerte de 'Jimmy', el seguidor del Deportivo de la Coruña que fue asesinado en Madrid a finales de 2014 en medio de una pelea entre hinchas del equipo gallego y del Atlético de Madrid, tanto la Liga como la Federación Española de Fútbol y el Consejo Superior de Deportes han unido fuerzas para acabar con una lacra que vivía instalada en el fútbol español. Y tras meses de imposiciones de normativas y más de una y de dos polémicas algunos colectivos de hinchas se sienten injustamente tratados con respecto a otros y no está claro cuál debe ser el listón de la exigencia con respecto a las normas.
Mientras se espera una reacción definitiva sobre la conclusión en forma o no de sanción contra el gesto de Cristiano Ronaldo a tenor de las palabras del presidente de la Liga, la pregunta sigue siendo hasta qué punto ser radical en las normas y las denuncias provocará un efecto diametralmente opuesto al que los estamentos reguladores del fútbol pretenden conseguir. Si bien el mundo del fútbol coincidió de forma generalizada y con buen criterio en que había que cortar de raíz la creciente violencia en los estadios, como en toda disciplina un exceso de prohibición provocaría todavía más infracciones. En el caso de Cristiano Ronaldo una sanción podría provocar la indignación del club blanco después de un suceso al que apenas se le dio importancia. Y todo por un gesto que puede aceptarse como algo poco agradable para el aficionado contrario, pero susceptible de debate sobre si es o no algo dedicado a la grada o como gesto de motivación propia del deportista, en cualquier caso, al igual que muchos otros y realizados por futbolistas con menor tirón mediático. Ni las respuestas ni las soluciones son fáciles. ¿Hasta dónde hay que llegar?