El vino, la gran aventura empresarial del azulgrana Andrés Iniesta

Una bodega en su Fuentealbilla natal es el negocio en el que se siente más sentimentalmente implicado el talentoso centrocampista manchego del Barcelona

El vino, la gran aventura empresarial del azulgrana Andrés Iniesta

El año 2010 fue muy especial para Andrés Iniesta. Aunque la temporada anterior había sido toda una montaña rusa, por muy diferentes cuestiones, el 11 de julio de ese año los dioses del fútbol decidieron dedicarle la más grande de sus sonrisas. El centrocampista azulgrana marcó el gol que valió el campeonato del mundo para la selección español en la final del Mundial de Sudáfrica ante Holanda. Más de uno brindaría con espumoso para celebrarlo, aunque es muy posible que el talentoso manchego hubiera apostado por aconsejarles otro tipo de bebida: un buen vino tinto.

 

En 2010, la alegría por el cetro mundial de La Roja se combinó en el caso de Iniesta con otra satisfacción muy personal: la primera añada de su bodega. El vino es el negocio con el que el jugador azulgrana se siente más sentimentalmente implicado. No en vano, la bodega que ha montado en su Fuentealbilla natal tiene mucho que ver con un embrión de negocio ideado por su padre allá por los años 90 del siglo pasado. Actualmente, las diez hectáreas iniciales se han transformado en 120 y la empresa cuenta con una veintena de trabajadores. Son curiosos los nombres que ha elegido el jugador para sus vinos, como Corazón Loco o Minuto 116 (este, en referencia al instante de su gol ante Holanda). También ha diversificado en parte el negocio incorporando la producción de aceite, bajo el nombre Corazón Loco Óleo, con aceitunas cultivadas también en Fuentealbilla.

 

El centrocampista azulgrana, además, es administrador de la empresa Maresyterey SL, que se encarga, entre otras cosas, de gestionar sus derechos de imagen y tiene una empresa de construcción y reformas, también ubicada en su localidad natal.