Piqué alargó el clásico con Shakira hasta las cuatro de la mañana

Piqué alargó el clásico con Shakira hasta las cuatro de la mañana

Esta vez no hubo fiesta de disfraces, la celebración de Piqué y Shakira se redujo a una cena íntima y muchos brindis en el reservado de una discoteca.

El sábado no fue un día cualquiera para Gerard Piqué. No todos los días se gana en el Bernabéu por 0-4 (él ya sabía lo que es ganar por 2-6), y más cuando todo el estadio la tomó con él y le abroncaba cada vez que tocaba el balón. Piqué vivió el clásico con mucha tensión, intentando no cometer fallos defensivos, y buscando como un desesperado el quinto gol cuando el marcador ya señalaba el 0-4. Piqué quería una manita en el Bernabéu y la buscó. Tuvo dos claras oportunidades. Una se la quitó Munir de las botas y la otra  no consiguió transformarla en gol. Pero, a pesar de todo, Piqué disfrutó de lo lindo sobre el césped del Bernabéu y también fuera de él, una vez llegado a Barcelona sobre las once de la noche del sábado.

 

Shakira le esperaba en la ciudad condal para disfrutar de una noche especialmente festiva que se inició con una cena íntima en un restaurante próximo a su domicilio y que acabó en la discoteca Bling Bling, propiedad del directivo del Barça Javier Bordas. Allí Piqué y Shakira bailaron, brindaron, rieron y se lo pasaron en grande con una veintena de allegados de su círculo más íntimo alargando la noche hasta pasadas las cuatro de la madrugada. Esta vez no hubo fiesta de disfraces. La celebración se produjo en un reservado alejado de las vistas de los curiosos... con mucho cava catalán.