La LFP consigue encender al Barça con su reparto de premios
Concidencia general: La Liga de Fútbol Profesional ejerce su madridismo sin complejos en la entrega de unos trofeos que ya han perdido toda su credibilidad.
El Barça ganó la última Liga BBVA y el Real Madrid no. Los blancos no ganaron ni la Liga, ni la Copa ni la Champions League el pasado año. Sin embargo, para la LFP la temporada de los dos grandes fue igualada. En el FC Barcelona no ha sorprendido el tono marcadamente blanco mostrado por la LFP en el reparto de sus premios, pero no por ello ha dejado de molestar.
Sabido es que el presidente de la Liga de Fútbol Profesional no sólo es madridista, socio y abonado, sino que presume de ello y hasta muestra su disgusto si el Barcelona gana en el Bernabéu. Sabido es que la LFP es capaz de inventarse un premio para Cristiano Ronaldo si sobre el terreno de juego no se lo ha ganado. Sabido es que aunque Neymar consiga un triplete, figurará antes en el once ideal de la jornada Cristiano Ronaldo aunque sólo haya logrado un gol. En el Barça ya conocen bien las inclinaciones madridistas de la LFP. Quizá por eso Luis Enrique ignoró la gala que celebró anoche la LFP y se negó a asistir a pesar de que el escenario estaba muy cerca de su casa. Ni siquiera la presencia de sus amigos Abelardo y Quini en el acto convenció al técnico barcelonista para acercarse por la gala.
Pero aún así, en el club nadie entiende cómo el Barça pudo hacerse acreedor a cinco premios y el Real Madrid a tres. Aunque hubo quién recordó que peor le fue al Atlético de Madrid la temporada pasada, cuando fue ninguneado por la LFP pese a haber ganado la competición que da sentido a estos premios. Pero lo que acabó de encender los ánimos fue el trofeo inventado especialmente para Cristiano Ronaldo -no es la primera vez que sucede- para que no se quedara sin regalo. El premio cinco estrellas de la afición. Cristiano ni se dignó a recogerlo. No deja de ser curioso que el jugador más abucheado en todos los campos de España se lleve el premio de la afición. Son cosas que en el FC Barcelona ya no soprenden, pero sí siguen indignando.