La mala pasada de Iker Casillas al Madrid: los 31 millones de abril de 2014

Hace justo un año, Carlo Cutropía, hombre de confianza que lleva los asuntos profesionales de Casillas, previo consentimiento de éste, llegó a un acuerdo no escrito con el Real para la salida del Iker

La mala pasada de Iker Casillas al Madrid: los 31 millones de abril de 2014

La relación entre Iker y Florentino está agriada. Mucho se ha hablado/escritos entorno al tema. Desde que el deseo de Pérez cuando puso un pie en el Madrid era fichar a Buffon para sacarse encima a Casillas a sus preferencias por Courtois/De Gea en los últimos tiempos.

 

Sea como fuere, y aún así, si hay un capítulo que supuso cruz y ralla, punto y final, en las tensas relaciones del mandatario con el capitán, este se produjo el pasado verano.

 

A principios de abril de 2014 Carlo Cutropía, hombre de confianza que lleva los asuntos profesionales de Casillas, previo consentimiento de éste, llegó a un acuerdo no escrito con el Real Madrid por el que se comprometía a abandonar la entidad aquel mes de junio previo pago de todos los emolumentos estipulados en el contrato del cancerbero hasta junio de 2017. Iker no perdonaba un céntimo al club de toda su vida. Es decir: 31 millones de euros netos. Una cifra que encendió al presidente como nunca pero que tuvo a bien aceptar en contra de la opinión de algunos directivos que ponían a Iker a caer de un burro y amenazaban con dejarlo en el banquillo hasta 2017. El presidente, que entendió la problemática a la primera, asumió el envite convencido de terminar con un serial que podía desgastar a su persona y cargó con la responsabilidad: si lo quiere, lo tendrá.

 

Pero tras el Mundial, Iker Casillas viró el rumbo y decidió seguir en el club. Florentino no se le perdonó, ni se lo perdona. Porque esta decisión se cargó los plantes de los dirigentes del Real Madrid, que ya habían fichado a un Keylor Navas que sobre el papel le tenía que pelear el puesto a Diego López confirmado para el Real Madrid 2014-15.

 

La decisión de Iker suposo que el portero gallego -algo que Diego tampoco le ha perdonado al internacional español- tuviera que salir de malas maneras, rápido, del Real en una operación relámpago con el Milan.