Lo de Marco Reus al Barça no fue un adiós, sólo un hasta luego…
Los contactos entre las partes, lejos de enfriarse, siguen muy vivos
Marco Reus sigue muy vivo en Barcelona. La llegada de Marco Reus, activada durante el proceso electoral, vive en un 'stand by' que podría activarse en el próximo verano dependiendo de los resultados del equipo en la temporada.
El club le debe una, y más de una a Lucho, que pidió reforzar el equipo con un Pogba al que aún espera. La salida de Montoya, Xavi y Pedrito se ha visto compensada con la llegada de Arda Turan -tercera opción para el técnico por detrás de Pogba y De Bruyne- y Aleix Vidal. Dos refuerzos que no han satisfecho a Lucho del todo que pidió más madera para el medio campo, un refuerzo en la última línea -un central ante las dudas de la evolución de Vermaelen- y un jugador de ataque que dotara al equipo de alternativas.
La decisión, entonces, fue una: mientras desde el Barça se mencionaba a Munir/Sandro, Lucho advertía de la falta de nivel y abría dos vías: primera, fichar a Nolito/Llorente, jugadores que llegarían para calentar banquillo, o, su apuesta, ir a por una pieza mayor: Marco Reus. El germano abre las variables en el juego de ataque, desprende al equipo de la dependencia del tridente -la enfermedad de Neymar ha dejado claro que el equipo necesita alternativas con galones- y mete presión a la trío atacante ante el peligro de acomodo tras un año en que lo han ganado todo. Sabia nueva y de calidad.
Una idea que ha ido ganando enteros en al entidad que mantiene línea directa con el Dortumund/Volker Struth -agente de Marco- y podría atacar el próximo verano.