La decisión de Bartomeu que enfada a Qatar y complica el acuerdo de partrocinio

La decisión de Bartomeu que enfada a Qatar y complica el acuerdo de partrocinio

En Qatar no ha sentado nada bien el viaje que ha hecho el FC Barcelona a Japón.

Se sabe que Josep Maria Bartomeu acudió este verano a Qatar, en las horas previas a la asamblea del club, con el fin de cerrar el nuevo acuerdo de sponsorización con Qatar Airways en condiciones más que ventajosas (los qataríes se habian comprometido a pagar el doble de lo que están abonando en el actual contrato), y se sabe también que los responsables qataríes de la firma ningunearon al presidente azulgrana haciéndole esperar todo un día en el hall del hotel para luego ser recibido por un interlocutor de tercer o cuarto nivel.

 

La cuestión es que Bartomeu, que viajó a Qatar con la idea de firmar el acuerdo para presentarlo horas después en la asamblea, se quedó con las ganas y volvió muy preocupado, consciente de que en el mercado nadie le va a ofrecer al Barcelona los 60 millones que Qatar estaba dispuesto a pagar. Y sin ese ingreso, con el que ya contaba, Bartomeu ha vivido un final de año repleto de preocupaciones por el futuro económico de la entidad que preside.

 

La respuesta de Bartomeu al desprecio de Qatar ha llegado en forma de aviso. El Barça ha realizado el viaje más largo e importante de la temporada, que le ha llevado a Japón para disputar allí el Mundialito, y no lo ha hecho con un avión de Qatar Airways, sino con un Airbus A380-800 de Malaysia Airlines capaz para 500 pasajeros, a pesar de que Qatar Airways dispone de cinco aparatos exactamente iguales, uno de ellos decorado con la bandera, el escudo y símbolos del FC Barcelona. De esta manera el patrocinador del club ha perdido una ocasión de oro de beneficiarse de su relación con el Barça con un impacto mediático considerable. La decisión de Bartomeu hay que entenderla como una medida de presión hacia las autoridades de Qatar después del "feo" que le hicieron el pasado verano. Y llega en un momento en el que el club está negociando de nuevo la firma de ese contrato que garantizaría al Barcelona el ingreso de los 60 millones ya pactados hace unos meses por el vicepresidente Javier Faus.

 

Bartomeu ha querido jugar fuerte sus cartas consciente de que su decisión de volar con un avión de la competencia no iba a sentar bien a sus interlocutores qataríes. Falta por confirmar cuál es su reación: si ceden a las exigencias económicas del Barcelona asustados por la medida de presión del Barça o si deciden cortar la negociación por la "insolencia" del presidente barcelonista con el avión de Japón. Estamos ante una partida de póker en la que los faroles están a la orden del día.