Cristiano y su 'salida de emergencia' Si se va, siempre será por otros

Con sus gestos, el luso siembra las reacciones en la grada del Bernabéu y en el madridismo

Cristiano y su 'salida de emergencia' Si se va, siempre será por otros

Casi tanto como el 10-2 que el Real Madrid le ha endosado al Rayo Vallecano en el Bernabéu este domingo se ha hablado de los gestos que Cristiano Ronaldo le ha dedicado a llos aficionados merengues. Visiblemente enfadado, al portugués no le gustó nada que el respetable pitara al equipo en el momento en el que los franjirojos se colocaran con 1-2 en el marcador de forma provisional y no celebró sus dos tantos con su ritual habitual. En lugar de eso, cogía los esféricos y les daba una patada hacia el centro del campo. También dedicó algún gesto desdagradable a la grada con las manos, haciendo ver públicamente que no le gustaba nada lo que estaba sucediendo.

 

Dio igual que Sergio Ramos, de una forma más calmada y 'oficiosa' en versión capitán del Real Madrid, le echara un capote al luso en zona mixta alegando entenderle y dándole una pequeña 'colleja' al público. El daño ya estaba hecho. Porque la gente respondió con fuertes pitadas al luso durante toda la primera parte, algo que no es nuevo pero quizá sí de una forma tan clara y sonora.

 

Cristiano, que lleva meses concediendo entrevistas a medios extranjeros en las que deja abierta la puerta a su futura salida del Real Madrid, sabe que tiene a la gente muy al límite con sus declaraciones y su actitud. Y si a ello añadimos su bajo rendimiento y su carácter ganador, obtenemos un cóctel explosivo que puede llevarnos a un final desagradable entre las partes. Al no estar en su mejor versión, el público ya no le pasa lo que antes le pasaba. Y él echa balones fuera cuando comparece ante los medios españoles, intentando que la pelota quede en el tejado del club. Cristiano quiere irse bajo el paraguas del "me han vendido, yo no quería", y señalando como culpable al entorno, a los pitos... cualquiera menos él.

 

El final de este matrimonio se antoja especialmente interesante, pues hablamos de uno de los jugadores que ya forman parte de la leyenda con mayúsculas del club, para muchos incluso al nivel de Di Stéfano por rendimiento y números. Su adiós no debería ser tan traumático o desagradable como ya fue el de los Hierro, Raúl o Casillas. Pero para eso ambas partes tienen que poner un poco de su parte, nunca mejor dicho.