Los fichajes de los que hablaron Luis Enrique y Bartomeu tras el Mundial

Los fichajes de los que hablaron Luis Enrique y Bartomeu tras el Mundial

El presidente insiste en dos cesiones que no convencen al técnico porque podrían romper la armonía del vestuario.

El presidente Josep Maria Bartomeu felicitó efusivamente a Luis Enrique en Japón por la conquista del Mundialito. Y en su felicitación añadió que "ahora, con Arda Turan y Alexis Vidal, este equipo será aún más poderoso". Luis Enrique encajó la sentencia de su presidente, pero se mantuvo firme en su posición: No es suficiente con Arda Turan y Aleix Vidal. El Barça necesita más refuerzos si realmente aspira a repetir el triplete.

 

Luis Enrique insiste en los fichajes y el presidente resiste defendiendo las necesidades económicas del club: sólo podemos traer a un futbolista, pero que venga cedido y con opción de compra a final de temporada. El técnico se ha pasado buena parte del viaje de vuelta a Barcelona intentando convencer al presidente de que el equipo se queda cojo si falta uno de los tres cracks de delante. Y no digamos si faltan dos. Luis Enrique ha tratado de hacerle ver al presidente que si no se refuerza el equipo y no llegan los éxitos esperados de aquí a final de temporada, la economía del club también se resentirá del impacto del fracaso y nada mejor para que la rueda del dinero funcione que garantizar los éxitos del equipo con fichajes que lo potencien.

 

El técnico barcelonista insistió en que Nolito tiene que llegar en este mercado de invierno sí o sí, mientras Bartomeu ofreció otras opciones, como la llegada de Lavezzi o la del brasileño Pato. Este último, que en su día fue estrella del Milan, aceptaría la cesión hasta final de temporada con opción de compra. Pero a Luis Enrique no le acaban de convencer ni uno ni otro. Le preocupa que se rompa la armonía del equipo incorporando a un futbolista de la cuerda de Messi (Lavezzi) o a otro de la cuerda de Neymar (Pato). El problema es que el mercado está abierto, los días van pasando y no se cierra ninguna incorporación, lo que pone de los nervios al técnico.